lunes, 22 de agosto de 2011

Por qué no soporté 'Resacón en Las Vegas'...

(...y por qué no terminé de ver la secuela).

Puede que mi inmensa decepción tras ver la película se viera acrecentada por el hecho de que las críticas que había leído sobre ella la ponían bastante bien, y además el 100% de amigos y familiares que la habían visto me la recomendaban encarecidamente, calificándola como "graciosísima".



Pues bueno, no me pareció para nada divertida, salvo en un par de escenas quizá. Más bien me pareció muy cansina y con un guión pobre. No me gustan los argumentos tan previsibles, los personajes tan estereotipados (el guaperas inmaduro, el chico bueno, el calzonazos pardillo y el gordo pirado; y de regalo y en segundo plano las mujeres y novias de ellos, siempre responsables y controladoras, como si ellas no supieran divertirse como hacen ellos) y las gracietas fáciles o absurdas (que si "¡oh, me he roto un diente!", "¡oh, me he casado con una stripper!"...).

Ni siquiera el chino que hace de mafioso-loca me hizo gracia: me pareció que sobreactuaba, no era creíble en su papel, y las ridículas y poco originales frases que le dieron tampoco ayudaban. Claro que en eso seguro que tuvo buena parte de culpa el infame doblaje al español.

En fin, que si quiero ver una película de unos coleguitas que se van de borrachera y luego no saben lo que ha pasado prefiero mil veces más Colega, ¿dónde está mi coche? o aunque sea alguna de las primeras de American Pie o similar. Al menos esos eran niñatos y actuaban como tales. Los de 'Resacón' pasan más que de sobra los 30 y sus chorradas me parecieron lamentables.

Pese a todo, le di una oportunidad a Resacón 2, ahora en Tailandia. Mala idea: creo que aguanté unos 20 minutos antes de hartarme y quitar la película. Vale que la idea central era la misma que en la primera parte (uno de ellos se va a casar, sus amigos le montan una despedida de soltero y al día siguiente despiertan de la fiesta hechos un desastre y sin recordar qué ha sucedido). Pero es que TODO era igual. Y para ver un producto malo y repetitivo ya están las teleleries españolas.

viernes, 19 de agosto de 2011

Una de fantasmas: 'Otra vuelta de tuerca'

Si bien ahora el género de terror es bastante más explícito o refinado o como se quiera llamar, no por haber sido escrito hace más de un siglo este libro se queda atrás. En Otra vuelta de tuerca, nos encontraremos con siniestros y vengativos fantasmas, en concreto con dos, que algo de miedo sí que dan, aunque como decimos, comparando esta historia con las de tipo The Ring, El resplandor y similares quizá esta no sea para tanto.



El asunto es el siguiente: una joven es contratada por un hombre como institutriz de sus dos sobrinos pequeños en una mansión algo aislada del mundo, en pleno campo. La mujer, cuyo nombre nunca se dice, acepta el trabajo, aunque su nuevo patrón pone la condición fundamental de que ella debe arreglárselas por sí sola, y bajo ningún concepto debe informarle a él de cualquier problema que pueda surgir.

Un encargo un tanto extraño, pero aun así ella, que es muy inocente por haber pasado toda su corta vida en el campo, acepta. Además ha quedado encandilada por el tío de sus nuevos pupilos, y eso es lo que le da fuerzas para cumplir el encargo cueste lo que cueste, como si fuera a conquistarle sólo por cuidar bien de sus sobrinos. La tarea parece fácil al principio, pues los niños son encantadores, preciosos y estudiosos, pero pronto la protagonista advertirá la presencia de dos fantasmas que sólo ella puede ver y que acechan a los pequeños. Tendrá entonces que protegerles sin la ayuda de nadie, y no será fácil.

Pero ¿están realmente los fantasmas están allí y pretenden dañar o poseer a los niños¿ ¿Es todo fruto de la imaginación de la institutriz, que está loca y se ha vuelto muy posesiva con los niños? ¿O es incluso una metáfora de lo (sexualmente) reprimida que está? Cada uno que saque sus conclusiones.

La obra es interesante de leer y realmente parece escrita por una mujer con las características de la protagonista (ingenua, con poco mundo visto...); aunque precisamente a veces el lenguaje y las expresiones que usan cansan un poco. Los fantasmas asustan, aunque eso siempre depende de cada persona. La verdad es que tanto ellos como el escenario entero recuerdan a la película Los Otros. Quizá Amenábar se inspiró en Henry James para hacer su película...

NOTA: 9/10

martes, 9 de agosto de 2011

La imprescindible y sorprendente 'Adventureland'

Es extraño que esta película pasara casi desapercibida en España. Llegó a estrenarse aquí, en 2009; su director y guionista, Greg Mottola, es bastante conocido (suya es la genial Supersalidos y la reciente Paul); los actores principales son archifamososos (Jesse Eisenberg -La red social-, Ryan Reynolds -Enterrado- y Kristen Stewart -Crepúsculo-) y el guión es inteligente y con toques originales, esos que se echan tanto en falta en las películas tan típicas y repetitivas para y sobre adolescentes.

Sin embargo, fue una película que en general el público español no conoce; y después de verla sólo puedo pensar en que es una verdadera lástima y quiero que todo el mundo la vea, porque es de esas películas bonitas, que te dejan buen sabor de boca y se quedan en el recuerdo. Y a los amantes de la buena música les conquistará totalmente.




Es 1987; James se gradúa en el instituto y como tantos otros jóvenes americanos planea un verano entero en Europa con su mejor amigo antes de empezar la universidad. Sin embargo los problemas financieros familiares le obligan a buscar trabajo en su ciudad para poder pagarse sus estudios. Y sólo encuentra empleo en Adventureland, un parque de atracciones más bien cutre.

Así, su situación es la de un joven más bien inmaduro con un futuro incierto, un trabajo temporal poco estimulante y unos padres (una madre) que en vez que ayudar le complican las cosas. Adventureland, sin embargo, terminará marcándole. Allí vivirá situaciones difíciles, pero también cómicas, y conocerá a personas que merecen la pena.

Esta tragicomedia es más que una película de adolescentes que sólo quieren ligar (que también hay parte de eso). Es el paso a la madurez mediante los golpes (físicos y metafóricos) más que por el mero aprendizaje. Es descubrir que el mundo de los adultos está tan degradado, si no más, que el de los jóvenes. Es vencer el miedo a los obstáculos y simplemente arriesgarse y pasar sobre ellos, aunque otros te digan que no puedes hacerlo. Es la vida misma.

Por su parte, el reparto hace un gran trabajo. Los dos protagonistas masculinos lo hacen muy bien, pero yo destacaría a Kristen Stewart. Varios de los secundarios también dan mucho juego. Y un aplauso para el guión: entretenido, inteligente como pocos, sabe sacarle todo el partido a los personajes y a las situaciones. Nada falta ni sobra en él, porque lo que no dicen o muestran los personajes se infiere a la perfección. La película tiene un cierto aire al entrañable cine adolescente de los 80 (bendito John Hughes), pero con la inocencia justa (justita: sólo la tiene el protagonista) y con mucho más contenido en la historia que cuenta.

Eso sí, la mayor ovación se la merece la enorme banda sonora, en parte reflejada en las camisetas que viste Stewart en la película: The Replacements (Unsatisfied), Hüsker Dü (Don’t Want To Know If You Are Lonely), Big Star (I'm In Love With A Girl), Crowded House (Don’t Dream It’s Over), Yo La Tengo (Farewell Adventureland), David Bowie (Modern Love), Lou Reed (Satellite Of Love, a través de la cual el personaje interpretado por Reynolds se revela como un auténtico farsante)... y los momentazos del Just Like Heaven de The Cure, de Breaking The Law de Judas Priest cuando James está siendo perseguido y, sobre todo, de la maravillosa Pale Blue Eyes de la Velvet Underground.

NOTA: 10/10

lunes, 1 de agosto de 2011

Cuando el buen cine español era posible


Después de ver la película Los Santos Inocentes (Mario Camus, 1984), basada en la novela de Miguel Delibes, sólo caben dos conclusiones: 1) vaya película tan increíble, se mire por donde se mire, y 2) ¿por qué ahora no hacen cine español ni la décima parte de bueno?

La primera conclusión se deriva de varios factores. Uno es el estupendo guión, que proviene de una novela que aún no he leído, pero que imagino será tan buena o mejor aún que la película, ya que viene firmada por Delibes, y eso para mí es una garantía absoluta. Este drama se ambienta en la Extremadura de los años 60, en concreto en un cortijo, y narra la vida cotidiana de los dueños de éste y de sus sirvientes.

Un buen guión no hace nada sin unos actores a su altura. Y el reparto de este filme es apabullante: Régula, madre sufridora, bien interpretada por Terele Pávez; Azarías, el hermano de ésta, un buen hombre pero con retraso mental ("un inocente"), caracterizado a la perfección por Paco Rabal; y el padre de familia, Paco, el grandísimo Paco, interpretado por un más grande aún Alfredo Landa.

Si la película muestra la total sumisión de los sirvientes hacia sus amos, que les consideran inferiores a ellos, Paco encarna estas características mejor que nadie. Obedece sin rechistar a todo lo que le pide el señorito Iván (Juan Diego, también muy destacable), hasta el punto de llegar a romperse dos veces el mismo hueso por ir con él de caza. Esa dolorosa secuencia y otras muestran cómo esas pobres gentes se dejan maltratar por sus amos para poder subsistir, aunque sea en la miseria, pero no exteriorizan impotencia por no poder salir de esa situación: agachan la cabeza con miedo y continúan obedeciendo. Sin embargo, los hijos de Paco y Régula no tardarán en buscarse otros trabajos en la ciudad para no vivir lo mismo que sus padres: tienen orgullo y dignidad.

Sobre la segunda conclusión poco se puede decir. El cine español lleva mucho, pero mucho tiempo de capa caída. Esperaremos sentados a que algún día se realice otra obra maestra como 'Los Santos Inocentes'.

NOTA: 10/10