jueves, 1 de marzo de 2012

Y llegó su hora...

DAWES | 29 de febrero de 2012
Sala El Sol (Madrid) | Aforo: lleno total

Cuatro músicos con talento y buena presencia, con toques de Neil Young, The Band, Gram Parsons, Jackson Browne, The Jayhawks, The Eagles, Wilco e incluso M. Ward (de quien ya fueron teloneros): así son Dawes, un cuarteto californiano que elaboró un fabuloso álbum de debut (North Hills) y que hace pocos meses lanzó su segundo trabajo, Nothing Is Wrong. Su concierto del pasado 29 de febrero en la sala El Sol de Madrid superó las expectativas de los asistentes y del propio grupo, cuyo cantante, Taylor Goldsmith, expresó varias veces su sorpresa y su alegría por estar por primera vez en Madrid y por haber vendido todas las entradas, algo que al parecer no esperaba.




La primera intervención de Dawes fue una versión del Rider In The Rain de Randy Newman que interpretaron junto al telonero, Robert Ellis, quien armado solo con una guitarra tocó varios temas de su primer LP Photographs. Su estilo (canciones bonitas de estilo country y folk) pegaba bastante con el de Dawes. Ellis está sabiendo rodearse de buenos grupos: pasará casi todo el mes de marzo de gira por Estados Unidos con Drive By-Truckers.

Una vez solos sobre el escenario, Goldsmith y los suyos arrancaron y no dejaron descansar ni un segundo al público. Tocaron casi entero su último álbum, Nothing Is Wrong, entre las que destacaron Fire Away, con la que abrieron la actuación, la maravillosa That Western Skyline y la pegadiza Time Spent In Los Angeles (que por alguna razón me recordó a The Go-Betweens). El disco, por cierto, está producido por Jonathan Wilson, quien teloneó a Wilco en su última visita a Madrid, y en él colabora haciendo los coros el mismísimo Jackson Browne.

Si ya al escuchar sus discos uno se da cuenta de que está ante algo realmente bueno, al verles en directo el espectador queda totalmente entregado a los Dawes. El grupo lo valía, como se comprobó durante toda la actuación, por ejemplo durante un solo que el grupo se marcó durante dos o tres minutos. Porque con una buena formación como esta no se puede fallar: el bajista, Wylie Gelber; el fantástico teclista, Tay Strathairn; y el batería Griffin Goldsmith, que si bien a primera vista destacaba por su fabulosa mata de pelo rubio y rizadísimo (ver aquí) se hizo notar mucho más golpeando los platos con precisión y ganas e incluso cantando, y de qué manera. Pero el frontman, a la sazón el hermano mayor de Griffin, Taylor Goldsmith, lo tiene todo sobre el escenario: es buen guitarrista, tiene una voz privilegiada y muy buena dicción, escribe unas letras preciosas y con contenido... y además es guapo. También lleva un proyecto paralelo, Middle Brother, a cuyo homónimo disco debut merece la pena echarle un ojo.

Las únicas pegas que se le pueden poner al concierto de El Sol son que podría haber sido un poco más largo y que no tocaron la tranquilota Love Is All I Am, al parecer porque el ruido de fondo de la sala habría estropeado la bonita canción. Pero lo compensaron con creces con el que ya es su gran himno: When My Time Comes, cuyo estribillo voceó entusiasmado el respetable.

Dawes tienen encanto y talento, llevan buen camino y están bien apadrinados. Son una gran promesa que está empezando a hacerse realidad. Si al principio tanto a ellos como a muchos de nosotros nos sorprendió que llenaran El Sol, al final todos salimos de allí deseando que vuelvan, y pronto. De momento van a acompañar durante los dos próximos meses a Mumford & Sons en Estados Unidos y a My Morning Jacket y Justin Townes Earle en Australia. Quién pudiera seguirles en su gira...

NOTA: 8/10



(Atención al videoclip, bello homenaje a la película La Leyenda del Indomable).

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