jueves, 21 de julio de 2011

'Beginners': realista de principio a fin


En 'Beginners' su director y guionista, Mike Mills, refleja parte de su propia vida, con el protagonista como su alter ego. Oliver (Ewan McGregor) pierde a su madre, que llevaba 44 años de matrimonio con su padre, Hal (Christopher Plummer). Es entonces cuando éste, a sus 71 años, revela a su hijo que es gay.

Durante cuatro años Hal se dedicará a vivir por fin plenamente y a ejercer activamente en colectivos homosexuales, sin tener que esconderse o aparentar ser lo que no era; incluso se echa un novio por lo menos 30 años más joven. Pero un cáncer acabará con esta felicidad.

Oliver, hundido, no para de pensar en los momentos pasados con su padre. En esos flashbacks se va viendo cómo el matrimonio de sus padres no era realmente tan feliz, especialmente la madre. Oliver nunca comprendió la causa de esta infelicidad hasta que Hal le revela que fue su madre la que se empeñó en casarse con él, a sabiendas de que era gay, y por ello no pudo hacerla feliz.

En un momento del filme se produce una interesante comparativa entre la generación de Hal y la de su hijo. Oliver explica (con voz en off) cómo sus padres nacieron en una época realmente dura: la familia de su madre era judía e intentaban ocultarlo porque si no serían discriminados; su padre sabía que era gay desde los 13 años pero se casó para poder llevar una vida dentro de lo establecido; ambos vivieron varias guerras en su juventud (2ª Guerra Mundial, Corea, Vietnam), y por ello "no tuvieron tiempo para estar tristes, ni para ser felices".

En cambio la generación de Oliver sí lo tiene. Tienen tanto tiempo que acaban sucumbiendo al miedo, y por tanto a la tristeza. No saben bien lo que quieren, o más que eso, a veces lo saben pero acaban rompiéndolo ellos mismos por miedo a perderlo antes o después y no poder soportarlo. En la película se relata cómo Oliver, a sus 38 años, sigue soltero y siempre acaba él sus relaciones porque no sabe cómo estar en una. Sin embargo, la razón de fondo es el miedo a acabar siendo tan desgraciado como lo fueron sus padres. Pero esta actitud parece que comienza a cambiar cuando, poco después de la muerte de su padre, se cruza en su camino Anna (Mélanie Laurent). Ella es bastante parecida a él, lo cual complica aún más las cosas. Ambos son unos principiantes en las relaciones maduras.

El final quedará acertadamente abierto en lo que respecta a su relación. Pocos fallos se pueden sacar a esta película: el guión es inteligente y tiene un ritmo ágil, los planos son muy bellos, Christopher Plummer y Ewan McGregor hacen un excelente trabajo y la química entre la pareja protagonista (guapísima Mélanie Laurent) es enorme.

NOTA: 8/10

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