viernes, 27 de diciembre de 2013

10 canciones para dedicar a un ex

En algún momento de nuestras vidas todos hemos vivido horas bajas porque alguien nos deja. La primera fase es la del puro sufrimiento, sobre la que se han escrito miles de canciones, algunas obras maestras pero otras (la gran mayoría) moñas hasta la náusea. La tristeza siempre ha producido creatividad.

En la siguiente etapa se produce una evolución, que es la de odio al susodicho, sin duda mucho más interesante y también creativa, o al menos visceral. Así que aquí va una lista de canciones propicias para sobrellevar el mal trago y hasta para desear el mal al culpable de nuestra infelicidad. Punk, rock, pop, indie español... Hay para todos los gustos.

1. The Buzzcocks - Wish I Never Loved You
Uno de los mejores grupos de punk que ha habido fabricó este temazo, cuyo título y letra lo deja todo bien claro. Uno comienza una relación maravillosa con una persona que se va convirtiendo en una pesadilla hasta que todo se acaba. Y aunque uno sufre y desearía no haber empezado siquiera esa relación, en el fondo no puede olvidar del todo a la otra persona y no entiende qué ha fallado. El pan de cada día.

"Está claro que ahora no vamos a ninguna parte / Lo que una vez fue un sueño se ha convertido en una pesadilla / Ojalá nunca te hubiera amado, pero ahora no puedo dejarlo / Ahora sé cómo sienta haber amado y haber perdido".




2. Los Planetas - Pesadilla en el Parque de Atracciones
El grupo insigne del indie español tiene muchas canciones dedicadas al desamor, pero desde una perspectiva particular. Muchas de sus letras son bonitas y muy sentidas pero sin llegar nunca a ser cursis, lo cuál se agradece. Otras, como esta, son de pura rabia por haber perdido el tiempo con alguien que no se lo merecía, aun viendo que la cosa no iba a acabar bien.

Es difícil ser más expresivo que en esta letra, que contiene frases como: "espero que acabes pegándote un tiro / cuando veas lo imbécil que has sido / cuando veas que lo has hecho fatal / y que quiero que sepas / que ha sido un infierno estando contigo".



3. Alanis Morissette - You Oughta Know
Alanis es bastante especialista en canciones sobre relaciones. En esta, su primer hit internacional, habla de cómo su novio, que le había prometido casi hasta la luna, finalmente se fue con otra. Ella tenía 19 años por entonces y expresó su cabreo en esta letra. La canción es todo un temazo.

"¿Ya te has olvidado de mí, señor Hipócrita? [...] / Fue una bofetada en la cara lo rápido que me reemplazaste [...] / Y cada vez que clave mis uñas / en la espalda de otro espero que lo sientas".




4. Lily Allen - Smile
Al igual que Alanis Morissette en el tema anterior, Lily Allen también se queja de haber sido reemplazada, o más bien engañada por su novio. Sin embargo, después de superarlo "con algo de ayuda de mis amigos" pasa a la fase rencorosa y vengativa y sonríe pensando en cómo su ex novio termina arrastrándose para intentar que ella vuelva con él. Un clásico.

"Cada vez que me veías / me decías que querías volver conmigo [...] / yo no podía parar de reírme / no podía evitarlo / tú destrozaste mi salud mental / estuve bastante mal".




5. Joss Stone - You Had Me
El primer single exitoso (versiones aparte) de Joss Stone, cuya letra escribió ella misma en colaboración con varios autores, relata cómo una persona joven e ingenua tarda en ver que su pareja no es precisamente buena para ella, pero cuando al fin abre los ojos decide ir por libre y retomar su vida. El valor principal de la canción, sin embargo, es la extraordinaria voz de su cantante.

"Tú comerciaste con mi ingenuidad / pero las cosas que haces y dices me avergüenzan / una vez yo fui tu tonta / pero ahora al que dejo atrás es a ti".





6. Oasis - I Hope, I Think, I Know
No podía faltar Oasis en una lista así. Era 1997 cuando el grupo publicó su tercer álbum, Be Here Now, que contenía este tema. Por entonces los Gallagher aún destilaban rabia en algunas de sus composiciones. La letra de I Hope, I Think, I Know bien podría resumirse en un "go fuck yourself", que diría un británico, ya sea dirigiéndose a un ex o a una mala persona en general. A ello ayudan frases como: "me dices que soy libre y luego me atas / y desde mis cadenas pienso que es una pena", "vas a echarme de menos cuando yo no esté / y sabes que no me importa" y el fantástico colofón final: "porque nena, después de todo / nunca olvidarás mi nombre". En cuanto a la música, los riffs pueden ser demasiado poppies para lo que Oasis acostumbraban a hacer, pero aun así son pura energía y vitalidad.



7. Siniestro Total - Bailaré sobre tu Tumba
El título lo dice todo. Los Siniestro, siempre tan expresivos, enumeran unas cuantas originales maneras en las que matarían a alguien. Sencillo pero contundente.

"Y morirás mientras se ríe el disc-jockey".




8. Luis Demetrio - Bravo (versión Nacho Vegas & Bunbury)
"Bravo, permíteme aplaudir / por tu forma de herir mis sentimientos.
Bravo, te vuelvo a repetir / por tus falsos e infames juramentos,
todo aquello que te di / en nuestra intimidad, tan bello.
Quién me iba a decir / que lo habías de volcar en sufrimiento.

Te odio tanto que yo mismo me espanto / de mi forma de odiar.
Deseo que después de que mueras / no haya para ti un lugar.
El infierno resulta un cielo / comparado con tu alma.
Y que Dios me perdone / por desear que ni muerto tengas calma.



Merecía la pena ver la letra entera. Si bien el tema original de Luis Demetrio es elocuente a más no poder, la particular voz de Nacho Vegas (con Bunbury haciendo los coros) le da una dimensión aún más desgarradora.





9. Robbie Williams - Karma Killer
Robbie Williams es conocido por tener canciones amorosas, alegres y juveniles, pero como no es para nada un chico bueno también tiene unas cuantas de odio y desamor, sobre todo en su segundo disco, I've Been Expecting You, en el que se encontraba Karma Killer. Esta, por su letra, es probablemente la más fuerte de toda sus discografía. Es evidente que habla de alguien a quien se odia profundamente: "¿Cómo puedes dormir? / Nunca has amado / ¿Por qué nunca fui lo suficientemente bueno? / Pensaste que me habías hundido para siempre [...] / incluso al diablo le caes bien / espero que te ahogues en tu Bacardi Cola".




10. Green Day - Platypus (I Hate You)
Más punk del bueno. Otra letra para dedicar a un indeseable: "es hora de marcharse / porque no te mereces una mierda [...] / nadie te quiere y lo sabes / no finjas que disfrutas con ello o que no te importa / porque ahora no te mentiría / ni te diría las cosas que quieres oír / ¡te odio, te odio, te odio!", con una mítica ristra de insultos, algunos difíciles de traducir: "Dickhead, fuckface, cock smoking, mother fucking / Asshole, dirty twat, waste of semen, I hope you die, hey!".


lunes, 23 de diciembre de 2013

Cruda pero efectiva: '12 años de esclavitud'

Nunca le he dado demasiado importancia a los Oscar, pero aun así siguen siendo los premios más importantes del cine estadounidense y por ello ganar uno es cuanto menos un logro. En su próxima edición 12 años de esclavitud lo tiene todo para arrasar en prácticamente todas las categorías. 

Steve McQueen ha llevado a la pantalla la historia real de Solomon Northup, un violinista negro que vivía cómodamente como un hombre libre, fue secuestrado y vendido como esclavo en el Sur de Estados Unidos a mediados del siglo XIX. Pasó 12 años dramáticos en diversas plantaciones, padeciendo en sus carnes todo tipo de tormentos u observándolos sobre sus compañeros, hasta que finalmente un carpintero blanco anti-esclavista (canadiense para más señas) con el que trabajaba accedió a ponerse en contacto con sus amigos y familia para que fueran a liberarle. Tras volver a su hogar se dedicó a ayudar a muchos esclavos a escapar de sus amos y también dejó constancia de sus vivencias en un libro, sobre el cual se ha basado el guión.


La historia, como todos los grandes dramas, es simplemente buenísima. No es la primera vez que se habla de la esclavitud de los negros en el cine, pero la diferencia es que esta vez se hace durante 135 minutos y de forma descarnada, sin dejar nada a la imaginación, aunque asuste o repugne lo que se ve en la pantalla. A Steve McQueen parece gustarle la crudeza en sus películas. Ya se vio en su anterior trabajo, Shame, en el que no dudó en expresar sin tapujos cómo vive un adicto al sexo, entre lo cual se encontraba mostrar un desnudo integral masculino, algo poco habitual en el cine.

Pero no se puede comparar Shame con este filme. Mientras que la primera era a veces demasiado lenta, con planos fijos eternos que realmente no aportaban gran cosa (si acaso exasperación), 12 años de esclavitud tiene un ritmo fluido, y aun siendo una película larga no aburre en ningún momento, manteniendo siempre la angustia y la piedad que el espectador siente sobre el protagonista. Se relatan perfectamente las etapas por las que va pasando el desdichado Solomon, todas ellas relevantes: vida feliz, engaño, secuestro, esclavitud y liberación.

Todo resulta redondo: el vestuario, la luz, los escenarios y, por supuesto, la extraordinaria actuación del protagonista, Chiwetel Ejiofor, por quien apostaría ciegamente por el Oscar si no hubiese visto claro que se lo va a llevar (se lo tiene que llevar) Tom Hanks por su papelón en la también magnífica Captain Phillips


Volviendo a 12 años de esclavitud, el resto del reparto es bastante impresionante, desde cualquiera de los esclavos hasta sus amos. Se muestran muchas caras conocidas, incluyendo las breves apariciones de Brad Pitt y de un casi irreconocible Paul Giamatti, pero entre ellas destacan sin duda Paul Dano y Michael Fassbender. Dano ha interpretado a bastantes tipos raros, excéntricos o hasta locos (Little Miss Sunshine, Ruby Sparks, Prisoners...), incluyendo su papel aquí como el cruel capataz de un esclavista, pero es que tiene una cara propicia para este tipo de roles, le guste o no; y sobre todo es muy buen actor. 

Lo de Fassbender con McQueen parece ser adoración mutua, porque ya han trabajado juntos en los tres largometrajes realizados por el director (los otros dos son Hunger y la citada Shame), y por lo que se ha visto ambos forman un buen equipo. Cualquiera que siga la carrera de Fassbender sabe que es uno de los mejores actores de la última década, además de muy versátil, y también se merece una buena pila de premios por caracterizar a un rabioso terrateniente esclavista. Por su parte, McQueen es un director interesante, que sabe escoger temas llamativos y controvertidos y ha ido evolucionando en su capacidad para desarrollarlos.

Los motivos para ver 12 años de esclavitud son por tanto innumerables. Aunque el espectador tenga que taparse los ojos en ciertas escenas especialmente duras, merece la pena ser testigo de esta pulida reproducción de un período tan espantoso de la historia norteamericana.


NOTA: 8,5/10


martes, 10 de diciembre de 2013

Personajes detestables en series

(AVISO: contiene spoilers sobre unas cuantas series).

Son innumerables: en la mayoría de las series suele haber al menos uno o dos. Es imposible  reunir a todos los que deberían formar parte de este grupo de personajes cansinos e incluso odiosos, pero aquí van unos cuantos:


- Casi cualquier personaje  de One Tree Hill: qué pesadito era ese grupo de adolescentes que aparentaban 20 años en vez de 16. No faltaba ni un cliché: la chica pobre pero lista y mona y con voz prodigiosa que busca triunfar en la música que sale con la estrella del equipo de baloncesto del instituto, que es mal estudiante y tiene un padre rico y autoritario. Ambos son amigos de un rubio guaperas que va de rebelde y que conquista durante un tiempo la tía buena oficial del instituto, que es lela a más no poder; pero en otra etapa sale con una rubia emo-punk-depresiva que noooo para de hablar de Fall Out Boy como si fueran los Beatles y que vive sola en una casa bastante maja que no se sabe quién paga, porque ella es huérfana o adoptada-abandonada o algo parecido. Y, finalmente, tenemos al chico feo pero simpatiquísimo, que no pega ni con cola con ese grupo de barbies y kens pero que se lleva bien con todos.

En fin, con este elenco de personajes no se podía esperar que la serie valiera gran cosa. Y lo mismo cabría decir de Anatomía de Grey y otras cuantas series...




- Skyler White y su hermana (Breaking Bad): el caso de Breaking Bad es parecido al anterior en el sentido de que prácticamente todos sus personajes caen mal, por ser aborrecibles en uno u otro sentido. Pero se llevan la palma las hermanas Skyler White y Marie Schrader. Son inagotables los calificativos para describir lo insoportables que son, especialmente cuando se ponen a dar la lata a sus respectivos maridos, el  profesor-narcotraficante Walter White 'Heisenberg' y el agente de la DEA Hank Schrader. Exceptuando quizá los dos o tres primeros capítulos, por ser magnánima, en el resto ambas son insufribles y no hacen más que complicarlo todo.



- Kim Bauer (24): otro personaje particularmente detestable es la hija del mítico Jack Bauer en la influyente 24. La tal Kim no para de encender fuegos. Va de secuestro en secuestro, de charco en charco. Su progenitor es un santo por tener que aguantar tanta tontería.





- Dana Brody (Homeland): precisamente, la exitosa Homeland, que cuenta con más de un paralelismo con 24, tiene en su reparto un personaje parecido al de Kim Bauer. La pesada en cuestión es la hija de Nicholas Brody. El sargento de los marines de los EEUU legó al mundo una niña realmente detestable. Es una pena que Dana no tuviera éxito en su intento de suicidio, porque así no habría dado tanto la brasa en la tercera temporada de una serie que ha bajado muchísimo en cuanto a calidad.





- El muñeco Bob e Ingrid (Soap; Enredo en España): en primer lugar, a ninguno de ambos personajes se les entiende bien todo lo que dicen, al uno por tener voz de pito y a la otra por forzar demasiado el acento sueco. En segundo lugar, en una serie tan divertida como ésta es curioso que ninguno de estos dos personajes hagan gracia y acaben por resultar aburridos y repelentes.




- Margaret Chenowith (A Dos Metros Bajo Tierra): cruel, tiránica y vanidosa, la madre de Brenda es la razón de los diversos traumas y trastornos psicológicos que padece su hija. Tampoco es precisamente la madre adecuada para su hijo bipolar Billy.




- Janice y Livia Soprano (Los Soprano): la hermana y la madre de Tony Soprano, respectivamente, son malas como la tiña y sólo le dan problemas a Tony, como si el hombre no tuviera suficiente con dirigir un imperio mafioso. La madre, bastante psicópata y cruel, nunca demuestra amor por su hijo, y la hermana sólo le llama cuando necesita algo (dinero, pedirle una paliza para alguien, deshacerse de un cadáver... Lo normal). Aunque hay que reconocer que Janice acaba siendo un personaje mítico y al final, cuando está mas centrada, acaba haciendo gracia.




- 'Stringer' Bell y el senador Clayton Davis (The Wire): Stringer es uno de los personajes más crueles de The Wire, y mira que los hay. Traiciona y mata a quien haga falta con tal de construirse un imperio. Para ello cuenta con la ayuda (no precisamente gratuita) del terriblemente corrupto Clayton Davis, un senador que carece de escrúpulos y acabará engañando al peligroso Stringer.




-  Kai Proctor (Banshee): el ricachón de la pequeña ciudad de Banshee está simplemente loquísimo. Aparentemente ha renunciado a su estilo de vida amish pero en realidad no puede dejar de pensar en ello, como se ve a lo largo de la serie. Es listo, sádico y muy violento incluso con mujeres, una mala combinación si se tiene en cuenta que también está muy en forma.




- Maria Lagüerta y, a ratos (muchos ratos, demasiados), Debra Morgan (Dexter): de Lagüerta resulta aborrecible su afán de protagonismo y su desmedida ambición por llegar a lo más alto, aunque sea pisando a un montón de gente. También que va detrás de Dexter, a veces sin pruebas, y los fans no queremos que nadie capture a este gran asesino en serie selectivo. Debra resulta cansina entre otras cosas porque está continuamente reclamando el amor y la atención de su hermano Dexter, aun sabiendo que él no es proclive a demostrar afecto, y también le da bastante la lata: impide que él pueda matar a todos los que quisiera, le consigue citas con chicas aunque él no quiera, después no le gusta que salga con Hanna... Muy pesadita. En la última temporada por fin comienza a ser soportable.




- Zoey (Cómo Conocí A Vuestra Madre): en 12 temporadas Ted ha tenido innumerables novias y rollos, pero ésta bate récords. Va de activista implicada, pero no es más que una pija, gracias a que se ha casado con un hombre rico lo menos 20 mayor que ella con el que no tiene nada en común y al que encima acaba poniendo los cuernos con Ted. A éste le utiliza, le miente, le chantajea e intenta hundir su carrera sólo para intentar que no mande derribar un edificio ruinoso que sin embargo a ella le gusta. Menudo ojo clínico el de Ted Mosby.




- Andrew y Danielle Van De Kamp (Mujeres Desesperadas): he aquí a otros dos niños pijos insoportables. Los hijos de Bree se creen con derecho a todo debido precisamente a que su madre les ha malcriado y consentido durante toda su vida. Él atropella a una anciana y se da a la fuga, haciendo que sus padres tengan que arreglarle el marrón para evitarle la cárcel; ella sufrirá un embarazo como adolescente y dejará que Bree se haga cargo del bebé para ir años después a reclamarlo de repente. Dos joyitas de hijos.




Joffrey Baratheon (Juego de Tronos): y si hablamos de adolescentes problemáticos no se puede pasar de alto al detestable Joffrey Baratheon. Este cruel rey de Juego de Tronos es tan repulsivo que da escalofríos.





- Benjamin Linus y Michael Dawson (Perdidos): lo que Ben Linus tenía de genio malvado y manipulador, Michael lo tenía de pesado y desquiciante. El uno se pasaba el tiempo pensando o llevando a cabo planes maléficos, sin ningún tipo de consideración por nadie, y el otro no paraba de fastidiar a su hijo o de llamarle a gritos por toda la isla ("Waaaaalt!"). 




- Betty Draper (Mad Men): qué lástima que la mujer más bella de esta serie y seguramente de todas las series habidas y por haber sea tan insoportable. Vanidosa, controladora, simpática sólo cuando quiere algo y celosa o golfa según le da, la mujer (luego ex) del gran Don Draper es muy probablemente el personaje más insufrible de Mad Men, donde tiene a su hija Sally traumatizada. Pero es tan espectacularmente guapa que siempre se las apaña para conseguir lo que quiere.




- E. B. Farnum (Deadwood): el dueño del único hotel de Deadwood es servicial, cobardica y de pocas luces, aunque siempre intenta aprovecharse de los demás, siempre que sean más débiles que él. Todo en él es desagradable, desde su cara y sus ropas coloridas hasta su hilillo de voz. Los verdaderos gobernantes del pueblo en la sombra le nombran alcalde sólo para manejarle mejor, y él tan contento.




- Maggie Jordan y Don Keefer (The Newsroom): The Newsroom no es una serie para todo el mundo,  principalmente por sus diálogos complejos y rápidos. Esto hace que muchos de sus personajes parezcan pedantes, entre otras cosas. En la pareja compuesta por Maggie y Don él es pedante, con cero carisma, y va de tipo serio pero a ratos intenta ser gracioso. Ella aturde a todos con su verborrea soporífera, aparte de que no para de estar siempre de los nervios y de hacer cosas absurdas: está con su novio un poco por estar, cuando le empieza a gustar el chico nuevo empareja a éste con su mejor amiga en vez de ir a por él, después monta un pollo porque el otro está con su amiga y no con ella, con lo que se queda sin novios y sin amiga... Modo quinceañero total.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

'La caza' o el peso de los prejuicios

La insoportable afición de los seres humanos por juzgar y condenar a otros de por vida, sin esperar a conocer de verdad los hechos e incluso obviando la sentencia dictada por un juez, puede verse en nuestro día a día y ha sido reflejada también en el cine. Se veía magistralmente en la genial En un lugar solitario (Nicholas Ray, 1950), en la cual Humphrey Bogart interpretaba a un hombre falsamente acusado del asesinato de una mujer. Todo el mundo empieza a desconfiar de él, incluso su novia, y aun cuando se demuestra que él no ha hecho nada ya es tarde: su reputación ha quedado ensuciada de por vida y nadie puede volver a mirarle igual.

Una historia similar es la que cuenta la danesa La Caza (Thomas Vinterberg, 2012), que además añade interesantes detalles para formar una película redonda, angustiosa y con una gran carga moral. En este caso el perseguido es Lucas, un profesor de parvulario muy apreciado en su comunidad por niños y padres. La hija de su mejor amigo, a la que da clase, se enamora de él y se inventa que ha visto a su profesor desnudo. Contribuyen a empeorar la situación la directora del colegio y la madre de la niña, que creen a la pequeña y engordan ellas mismas una acusación de abuso sexual sin más pruebas que un vago comentario de una niña de cinco años.



El espectador asiste al espantoso drama al que se enfrenta un hombre inocente a quien sus vecinos y amigos aíslan e incluso agreden de diferentes formas, aunque la policía lo declara inocente. El protagonista, interpretado por el brillante Mads Mikkelsen, sabe que no ha hecho nada malo, pero es tan buena persona que siempre pone la otra mejilla, y tiene tantos amigos que confía ciegamente en que todos ellos le apoyarán (se parece bastante a Jesucristo). Cuando ve que no es así se hunde y apenas sabe cómo salir de esa situación. Él, amante de la caza, se verá de pronto como una presa indefensa y acorralada. Una secuencia concreta de la película escenifica a la perfección esa sensación de que el que ha sido acusado de algo grave ya nunca tendrá descanso.

Un estigma inmerecido le puede a uno destrozar la vida más que la decisión de un juez, plantea La Caza de forma excelente. Una persona que es absuelta de una acusación muchas veces seguirá siendo vista como culpable por su entorno, incluso por las personas en quienes más confiaba. La cruel sociedad, incluso en la civilizada Dinamarca, emite un juicio paralelo y marca de por vida a un inocente, llegando a intentar tomarse la justicia por su mano.


NOTA: 8,5/10

domingo, 24 de marzo de 2013

Esta no es sólo otra historia de amor

En Un asunto real (A Royal Affair) el adjetivo "real" alude a que lo que se cuenta tuvo que ver con la monarquía, en este caso la danesa. Pero también se puede referir (según la traducción española) a que la historia ocurrió verdaderamente, ya que así fue. La situación narrada, muy trágica aunque con un final esperanzador, crece en dramatismo cuando uno sabe que los hechos sucedieron como se cuentan en el filme.

La película se sitúa en la Dinamarca de la mitad final del siglo XVIII, en plena Ilustración, si bien en el país, dominado por la Iglesia y el feudalismo, las nuevas ideas no eran bien acogidas. La jovencísima Carolina (Alicia Vikander), perteneciente a la familia real británica, es enviada a Dinamarca para casarse con Christian VII (), el rey danés. No tardará en aborrecerle tras descubrir que no está mentalmente muy equilibrado, y se verá aliviada cuando su marido le anuncia que se va de viaje por Europa durante dos años.



En ese tiempo conoce al médico alemán Johann Friedrich Struensee (Mads Mikkelsen), quien logra ganarse el favor del rey y se instala en la corte. Tanto Johann como la reina Carolina son ilustrados, con ideas adelantadas a su tiempo, y esos intereses comunes hacen que pronto surja el amor entre ellos. Aprovechando la influencia que ejerce sobre el rey, quien hasta entonces era un mero títere del Consejo de Estado, el médico convencerá a Christian para que haga que se promulguen leyes liberales, como el fin de la explotación del campesinado por parte de los terratenientes y la libertad de prensa. Cuando los nobles, la Iglesia y el Consejo se dan cuenta de lo que está sucediendo comenzarán a conspirar contra los reyes y sobre todo contra su médico, aprovechándose de las recientemente aprobadas libertades y ayudados por la reina madre, quien quiere instaurar en el trono a su propio hijo, el hermanastro de Christian.

Es extraordinario y lamentable ver cómo una historia de hace casi tres siglos guarda tantas similitudes con el presente, ya que incluso hoy, en el siglo XXI, cuando surgen ideas nuevas que puedan contribuir a la mejora social pero perjudiquen a los ricos y poderosos, estos mismos se encargarán por todos los medios de mantener las cosas tal como están y de destruir a esos "peligrosos" ideólogos. También se ve lo fácil que es para estos grupos privilegiados utilizar a los ciudadanos mintiéndoles o distorsionando la realidad para soliviantarles y así lograr sus intereses.

Un asunto real es, por tanto, un buen ejercicio sobre cómo relatar con ritmo una historia verídica y muy interesante: cómo una reina y su médico-amante, guiados por el amor hacia ellos y hacia Dinamarca (y eso que ninguno de los dos era danés), pusieron los pilares de un país libre, moderno, justo y próspero. Los daneses deben de estarles bastante agradecidos. A mí todo esto me da bastante envidia...

NOTA: 8/10

jueves, 14 de marzo de 2013

La bella e inesperada historia de 'Sugar Man'

Uno de los grandes aciertos de los premios Oscar de este año fue el documental Buscando a Sugar Man, que narra la fabulosa historia de Sixto Rodriguez. (Aviso: esta crítica contiene spoilers). Éste era un cantautor extraordinario de Detroit, con una voz aterciopelada y envolvente, melodías sencillas pero bellas y unas letras cercanas pero llenas de profundos matices, que podían recordar a las de Bob Dylan y a las de Nick Drake, pero que para algunos iban incluso más allá. Pura maravilla para los oídos.



Rodriguez publicó un par de sencillos y otros tantos discos en Estados Unidos en los años setenta, y también ofreció actuaciones en pequeños locales. Los álbumes tuvieron buenas críticas pero pasaron muy inadvertidos en cuanto a ventas, y al final Rodriguez se resignó y volvió a su habitual trabajo en la construcción. Sin embargo nuestro hombre no sabía que se había convertido en una auténtica estrella en un país bastante lejano del suyo: Sudáfrica, donde según calculan desde una de las discográficas que editó sus álbumes allí vendió cerca de un millón de discos.

Allí, a finales de los años noventa, dos de sus más acérrimos fans se conocen mientras buscan información sobre Rodriguez, del que no se sabe absolutamente nada en el país pero sobre el cual circulan varias leyendas urbanas en las que se afirma que murió de muy distintas formas. Su arduo trabajo se verá recompensado cuando la hija del propio cantautor descubre que buscan a su padre y entra en contacto con los que le buscan.



La historia es realmente emocionante: ver cómo los dos fans descubren que su ídolo está vivo y hablan con él; cómo éste sigue viviendo en Detroit, ignorando su éxito transatlántico y llevando una vida humilde y trabajadora con la que está feliz; y cómo accede a ir a Sudáfrica, donde se encuentra con un gran recibimiento y con que ha agotado las entradas para seis actuaciones. Es todo casi inverosímil de tan maravilloso, pero las imágenes no mienten: las cámaras de los espectadores y de la televisión sudafricana fueron testigos de cómo un artista olvidado en su país fue capaz de llenar un enorme pabellón seis noches casi seguidas en la otra punta del mundo. Por cierto, aunque en el documental no aparece, al parecer en Australia Rodriguez tuvo también bastante éxito y actuó unas cuantas veces en el país. Nadie es profeta en su tierra, dicen.


El documental es perfecto porque la historia que cuenta es buenísima, porque sabe contarla manteniendo bien el orden, porque la fotografía y el montaje son magníficos y porque su banda sonora (compuesta por las canciones del propio Rodriguez) es fantástica. Buscando a Sugar Man logra varias cosas: dar a conocer la gran historia de un gran artista, descubrirnos que es también un hombre buenísimo, humilde, generoso y con los pies bien en la tierra e incluso comprometido con la política (llegó a presentarse como concejal en su ciudad), y poner los discos de éste en lo más alto de las listas de ventas de varios países. Incluso en España, donde cada vez se venden menos discos, los dos álbumes de Rodriguez figuran a día de hoy en los primeros puestos de ventas de Amazon.es.

Si a alguien le apetece verle en directo tiene varias oportunidades: Rodriguez actuará en el festival Primavera Sound de Barcelona, en mayo, y en el Optimus Primaver Sound de Oporto, en mayo y junio.

NOTA: 9,5/10


martes, 26 de febrero de 2013

Sobre amistad y música

He aquí un bonito descubrimiento: la argentina Días de vinilo, entrañable y sencilla, repleta de referencias al buen cine y a la buena música, con intérpretes dinámicos y mucho humor. Esta comedia, ópera prima de Gabriel Nesci, cuenta la historia de cuatro treintañeros amigos desde su infancia, época en la cual se hacen por accidente con un montón de vinilos de los buenos. Así comienza su amor por la música, que les marcará en mayor o menor medida, pero sin dejar de estar presente: Luciano (Fernán Mirás) trabajará como locutor de una emisora musical, Marcelo (Ignacio Toselli) adora a John Lennon y tendrá una banda tributo a los Beatles, Facundo (Rafael Spregelburd) será un compositor frustrado que vende parcelas en un cementerio privado y Damián (Gastón Pauls) será guionista y director de cine.



La película muestra como este cuarteto se halla en plena crisis de madurez y todos tienen problemas sentimentales, bien por sus parejas o por la falta de ellas. Los personajes son arquetípicos, pero todos ellos tienen interés y sobre todo gracia: el que se ve arrastrado a un matrimonio que le agobia, el Peter Pan-playboy idealista, el que se enamora siempre de mujeres imposibles y el talentoso pero inseguro tras su reciente ruptura. Por el contrario, las cuatro mujeres que completan el reparto, aunque aparecen de manera más secundaria, tienen más carácter y saben bien lo que ellas e incluso lo que ellos quieren.

La historia, por lo que tiene de real y cotidiano y por los continuos golpes cómicos, atraerá a cualquier espectador, pero gustará más a los culturetas, que son los que comprenderán las escenas como la carrera final de Damián hacia la chica, al estilo de Woody Allen en Manhattan, o por qué Marcelo entra en pánico al conocer a una chica con rasgos japoneses y las iniciales Y. O. El filme está lleno de alusiones musicales y en varias ocasiones se exhiben vinilos de grupos míticos. Los personajes mencionan en varios momentos que están hartos de preguntar a la gente por el tipo de música que escuchan y que la respuesta sea: "Variado". Por el fanatismo melómano (e incluso por los problemas de madurez de los protagonistas) esta película bien puede recordar a la magnífica Alta Fidelidad.

La secuencia casi final es previsible y típica de comedia romántica, pero se le perdona por el buen sabor de boca que deja todo lo anterior. Y como parecía raro que en una película argentina no apareciera el guapo Leonardo Sbaraglia, pues nada: aparece y se interpreta a sí mismo en dos escenas, bastante graciosas ambas, que hacen la película aún más redonda.

NOTA: 8/10

viernes, 22 de febrero de 2013

(Mis) Premios Oscar 2013

Los Oscar nunca me han entusiasmado, no ya por la parafernalia en sí que conlleva, que tampoco me vuelve loca, sino porque, en mi humilde opinión, muchas veces se han concedido estatuillas a películas o intérpretes que no las merecían en absoluto y se ha dejado fuera a otros mucho mejores que a veces no estaban ni nominados. Uno de mis profesores favoritos de la universidad al parecer pensaba como yo, y en los premios de ese año concreto nos soltó indignado que los Oscar los decidían los peluqueros y maquilladores de Hollywood. Todo puede ser.

Este año no ha sido distinto. Así que aquí va un repaso a algunas de las categorías más importantes de la edición 2013 de dichos premios, con lo que me falta, lo que me sobra y mis favoritos:


MEJOR PELÍCULA: yo le daría el premio a La noche más oscura, pero mucho me temo que se lo llevará Lincoln. Ojalá me equivoque. Veamos todos los candidatos:

- AMOR (Amour): buena película, dramática a más no poder, eso sí. En un matrimonio octogenario a la mujer se le queda paralizado un lado del cuerpo y empezará a mostrar signos de demencia. El marido no quiere dejarla en una residencia y la cuidará con todo el amor del mundo, pero se verá sobrepasado muchas veces por la situación. Todo es muy realista y trágico, aunque a veces Haneke impone un ritmo lento, con esos planos fijos demasiado largos. La actuación de Jean-Louis Tringtinant y Emmanuelle Riva, la pareja protagonista es excepcional, sobre todo en el caso de ella. 8.5/10

- ARGO: Ben Affleck como actor no es gran cosa, pero en cambio ha destacado notablemente en todas las películas que ha dirigido, como en este caso. La historia basada en hechos reales de cómo un espía estadounidense logró sacar de Irán a varios compatriotas en plena revolución se relata de forma trepidante, sin dar un respiro al espectador, que aun conociendo previamente el final se angustiará viendo las dificultades que pasaron los personajes para salir con vida de un país en ebullición. Buen guión y buen reparto, con Bryan Cranston y los entrañables John Goodman y Alan Arkin como secundarios de lujo. 9/10

- BESTIAS DEL SUR SALVAJE (Beasts Of The Southern Wild): tras verla y agotar mi paciencia simplemente no entendí cómo estaba nominada a un Oscar. La historia es la siguiente: los casquetes polares se están derritiendo y en cualquier momento harán que se sumerja parte del territorio (esto es: lo que ya vimos en Waterworldde Kevin Costner). Por ello los humanos han construido diques que evitarán el desastre. Sin embargo algunos habitantes de las zonas que se inundarán han decidido quedarse en sus casas/chabolas, con todo lo que ello conlleva. Entre ellos está la protagonista, Hushpuppy (Quvenzhané Wallis), una niñita negra monísima cuya fantástica interpretación es sin duda lo mejor de la película, por no decir lo único bueno. La idea principal, aunque no es novedosa tampoco es mala, pero está desaprovechada. Se consigue mostrar lo primitivos que son los personajes, pero a la vez se quiere aparentar que es un filme profundo, con mensaje ecologista y algo de realismo mágico; pero no cuela. Para rematar, frente a los diálogos paupérrimos está la narración con voz en off corre a cargo de la chiquilla, que dice unas cosas que uno no puede creerse que vengan de una personita de seis años que además se ha criado poco más o menos que fuera de la civilización. Y como colofón, la aparición de unos ¿jabalíes? gigantes que no se sabe qué son ni de dónde salen ni dónde estaban, pero que se inclinan ante la niña en vez de zampársela de un bocado, como cabría esperar. 6/10

- DJANGO DESENCADENADO (Django Unchained): Tarantino, con acierto o no (eso va según el gusto de cada uno) repite parte de los esquemas utilizados en sus anteriores trabajos, sobre todo en Malditos Bastardos: un carismático personaje justiciero y a la vez mercenario, escenas concretas con discusiones eternas y medio absurdas, una chica guapa, frases irónicas, sorpresas y golpes de humor sazonados con un montón de tiros, peleas y violencia en general, con sangre a chorros; y todo ello con aspecto de spaghetti western de Sergio Leone, pero con el sur americano esclavista como escenario. Es un poco larga, eso sí, y la parte final pierde un poco. El reparto, como en otras películas tarantinianas, también es de excepción, desde Jamie Foxx a Samuel L. Jackson pasando por Leonardo DiCaprio y el enormísimo Christoph Waltz. 7.5/10

- EL LADO BUENO DE LAS COSAS (Silver Linings Playbook): el título en español (aunque por una vez está más o menos bien traducido) y el cartel promocional bien decorado con los dos guapos protagonistas (Bradley Cooper y Jennifer Lawrence) casi invitaba a pensar a los desinformados que ésta sería otra película romántica como las hay a miles. Pero para nada lo es. Exceptuando el final, que sí es típico de los filmes pastelosos (previsible e irreal al 100%) y por ello fastidia un poco todo lo anterior, el resto de la película funciona bien: una historia interesante estructurada en un buen guión que trata sin melindres el tema de las enfermedades mentales sufridas tanto por los pacientes como por sus familias, y un buen plantel de intérpretes, comandados por los ya citados Cooper y Lawrence (estupendos ambos) y muy bien acompañados por un siempre colosal Robert De Niro y su sufridora mujer en la ficción, Jacki Weaver. 7.5/10

- LA NOCHE MÁS OSCURA (Zero Dark Thirty): he aquí un trabajo muy elaborado para narrar cómo fue el proceso de búsqueda y captura de Bin Laden. Ojalá me equivoque, pero creo que precisamente su temática es lo que descalifica directamente a esta magnífica película para hacerse con la estatuilla: los miembros de la Academia han reconocido su calidad, pero a la vez no pueden darla como ganadora, ya que deja la imagen de Estados Unidos por los suelos, mostrando varios años de torturas, sobornos y guerra sucia en general por parte de la CIA para atrapar a un solo hombre. Teniendo en cuenta la valentía de Kathryn Bigelow al rodar este filme sería injusto que este trabajo quedara sin recompensa. La película es sorprendente, cruda, políticamente incorrecta y adictiva: intachable se mire por donde se mire (un poco larga quizá, pero la historia lo requiere), y resplandece aún más gracias a la soberbia actuación de Jessica Chastain como la cerebro de toda la operación antiterrorista. 9.5/10





- LA VIDA DE PI (Life Of Pi): la historia del naufragio que sufre el joven indio Pi naufraga y su posterior supervivencia durante casi un año en una barca es interesante, pero también tiene detalles poco creíbles que deslucen la historia, como el hecho de que tres animales, uno de ellos un tigre, que se supone viajaban enjaulados, escapen de un barco que se hunde y acaben en el mismo bote que el protagonista. Por otra parte la historia se alarga demasiado. Lo mejor de la película son sin duda los efectos especiales y la preciosa fotografía. 6/10

- LINCOLN: mal que me pese creo que es la que se llevará el trofeo de este año, y para mí de forma injusta. Lincoln es larga hasta la extenuación, pero aun así es ocho minutos más corta que La noche más oscura. Otro elemento común es que en ambas películas se conocía previamente el final. ¿La diferencia? En este caso no se logra hacer interesante todo el proceso que conllevó debatir y convencer a los congresistas estadounidenses para abolir la esclavitud en plena guerra civil. Es cierto que la historia se centra en eso y en nada más, pero todo habría sido más interesante si se hubiera profundizado más sobre la persona e ideas del propio presidente Lincoln, a quien se presenta casi como a un Gandhi, por pacífico y filósofo, todo un santo. Al fin y al cabo el filme se titula Lincoln y no La abolición de la esclavitud. Aguantar dos horas y media de sesiones parlamentarias, tejemanejes entre políticos y sólo de vez en cuando una breve semblanza de la vida matrimonial del presidente resulta bastante aburrido para todos, salvo para los muy interesados por la historia política americana. Ni siquiera parece que estén en guerra, por mucho que se diga que lo están. Tampoco se ve la escena del asesinato, que no deja de tener interés. Por añadidura, todo ello rezuma patriotismo yanqui peliculero, y se presenta a Estados Unidos como a un país ejemplar, amante de las libertades (todo lo contrario, de nuevo, que la película de Bigelow). Por eso y por las extraordinarias interpretaciones de Daniel Day-Lewis como presidente y de Tommy Lee Jones como secundario es por lo que la veo favorita para este año. 6.5/10

- LOS MISERABLES (LES MISERABLES): que una de las mejores historias que se ha escrito nunca haya sido troceada e interpretada como les ha dado la gana a los guionistas, y encima se haya hecho en forma de musical, me duele en el alma. Los actores cantan mejor o peor y el I Dreamed A Dream puede resultar conmovedor, pero esto no es para mí. No tengo nada en contra de los musicales, pero escuchar a Jean Valjean y a Fantine cantar sus desgracias me chirría. Con la calidad que tienen los tres protagonistas (Anne Hathaway, Hugh Jackman y Russell Crowe) y el dineral invertido en esta producción se podría haber hecho una película seguramente bastante buena, dejando a un lado las canciones. 5/10

* Sugerencias: cambiaría sin dudarlo Bestias del Sur Salvaje y Los Miserables por El Vuelo y Las Sesiones. Ambas son bastante buenas y merecían ser nominadas.





MEJOR ACTOR PRINCIPAL: seguramente se lo llevará Daniel Day-Lewis por Lincoln, y será una justa elección. Mi otro candidato estrella es Denzel Washington, que está imponente en El Vuelo.

- BRADLEY COOPER (El Lado Bueno de las Cosas): pues resulta que Bradley Cooper es más que un guaperas. Está muy lograda su interpretación como un bipolar que entra en grave crisis al sorprender a su mujer en plena infidelidad y tras ello pierde su trabajo y su casa (y a su mujer, claro está). En otras películas no me ha convencido tanto, pero en esta sí. Quizá lo único que necesite son más guiones inteligentes como este y dejarse de resacones (y este año va a por la tercera parte...).

- DANIEL DAY-LEWIS (Lincoln): su caracterización como el presidente Abraham Lincoln es realmente asombrosa. Claro que parte con la ventaja de que su personaje es muy apetecible, todo un mito americano, y se le puede sacar mucho jugo. Day-Lewis lo exprime todo lo que le dejan y salva así la película, larga y algo aburrida por momentos salvo cuando él entra en escena. Pero, como decíamos al principio, se hubiera podido profundizar mucho más en la figura del histórico líder, y así este actor le habría sacado aún más partido a su papel. De todas formas se merece totalmente el Oscar.




- HUGH JACKMAN (Los Miserables): no canta mal, y como actor, sin ser una maravilla, se defiende bastante bien; pero no me convenció como actor de musical. Y, francamente, no tiene nada que hacer contra sus competidores.

- JOAQUIN PHOENIX (The Master): él sí es un serio rival para Daniel Day-Lewis. En The Master está totalmente a la altura del gran Phillip Seymour Hoffman, a cuya secta se une tras volver de la guerra y encontrarse solo en el mundo. El personaje interpretado por Phoenix, por decirlo en una palabra, está bastante tarado y además bebe mucho, pero el actor lo interpreta a la perfección, como ya hizo en En La Cuerda Floja, donde dio vida al también temperamental Johnny Cash.

- DENZEL WASHINGTON (El Vuelo): también es un personaje goloso el que interpreta Denzel Washington, y lo hace a la perfección: un piloto con mucho talento pero también con unas cuantas adicciones que logrará salvar un vuelo del desastre total, pero sin embargo se ve en problemas cuando se descubre que iba bebido y drogado mientras pilotaba. Algunas escenas intensas recuerdan a Días de Vino y Rosas.

Sugerencias: cambiaría sin dudarlo a Hugh Jackman por John Hawkes, cuya interpretación como tetrapléjico en Las Sesiones es magnífica.




MEJOR ACTRIZ PRINCIPAL: las nominaciones me parecen totalmente justas, y aunque la elección está muy reñida pienso que el premio debería ser para Emmanuelle Riva.

- JESSICA CHASTAIN (La Noche Más Oscura): está simplemente espectacular en su papel como agente de la CIA que lideró las investigaciones que culminaron en la captura de Bin Laden. El personaje es frío, obstinado y derrocha seguridad, tanta que no duda en enfrentarse a los jefazos de la Agencia si es necesario; y Chastain lo borda.

- JENNIFER LAWRENCE (El Lado Bueno de las Cosas): aunque todavía la queda por aprender,  sorprende en su interpretación de una joven viuda algo desequilibrada que, para rematar la faena, acaba juntándose con un bipolar. Lawrence realiza una actuación convincente pero no como para ganar el Oscar, y más si se tienen en cuenta la calidad de sus rivales de este año, muy potentes todas.

- EMMANUELLE RIVA (Amor): magnífica interpretación de una anciana que va viendo sus capacidades físicas y mentales mermadas día a día. Parece totalmente real. Deja al espectador alucinado. Espero que se le reconozca el mérito.



QUVENZHANÉ WALLIS (Bestias del Sur Salvaje): esta chiquilla ha sido la gran sorpresa del año. Aunque actualmente tiene nueve años, en el filme da vida a la niña de seis años Hushpuppy, que vive con su padre en condiciones casi primitivas. La joven actriz resulta asombrosa, pero todavía tiene un largo camino por delante. De momento constará como la segunda persona más joven en recibir una nominación: el primero fue  Justin Henry, el niño de Kramer contra Kramer.

- NAOMI WATTS (Lo Imposible): ya sabíamos que es una de las mejores actrices del panorama actual, y con su último trabajo se reafirma aún más. Watts parece sufrir realmente el padecimiento por el que pasó su personaje real, una mujer española que sufre junto a toda su familia el tsunami del sudeste asiático. Su trabajo es impecable y, de nuevo, es una pena para ella que tenga unas competidoras tan magníficas como Chastain o Riva.




MEJOR ACTOR DE REPARTO: mi elección es clarísima: Christoph Waltz merece ganar este Oscar.

- ALAN ARKIN (Argo): interpreta al productor de cine Lester Siegel, que no existió realmente, sino que es un compendio de diversos personajes de la industria de la época. Arkin ha afirmado que se inspiró en Jack Warner para desempeñar este papel.

- ROBERT DE NIRO (El Lado Bueno de las Cosas): en el filme es el padre de un bipolar, pero él mismo no se salva, pues tiene manías para dar y tomar, sobre todo en lo relativo a los partidos de su equipo. Como siempre, un gran trabajo del estelar Robert De Niro.

- PHILIP SEYMOUR HOFFMAN (The Master): es bastante convincente interpretando al líder de una secta (ficticia pero que recuerda a la Cienciología) en el último filme de Paul Thomas Anderson. La película, sin embargo, no me convenció tanto.

- TOMMY LEE JONES (Lincoln): muy buena actuación como Thaddeus Stevens, congresista radical que en los tiempos del presidente Lincoln pedía que los negros tuvieran derecho a voto, no sólo que su esclavitud fuera ilegalizada. Tommy Lee Jones encarna muy bien la lucha interna de un hombre valiente que luchó mucho por llevar a cabo sus ideas pero que apenas consiguió todo lo que habría querido.

- CHRISTOPH WALTZ (Django Desencadenado): magistral, arrebatador, enérgico, humorístico, encantador a la vez que implacable. Así es el doctor King Schultz, dentista y cazarrecompensas que hará su socio a Django, un esclavo al que libera y al que ayudará a rescatar a su esposa. El personaje es muy carismático y Waltz, al que también le sobra carisma como actor, contribuye a hacerlo aún más perfecto. Doy gracias a Tarantino por haber descubierto a Hollywood a este actorazo, crucial en Malditos Bastardos, por cuya interpretación le llovieron los premios. Se merece el Oscar sin ninguna duda.







MEJOR ACTRIZ DE REPARTO: debería llevárselo de cabeza Helen Hunt, pero conociendo cómo se las gasta la Academia seguro que se lo darán a Anne Hathaway.

- AMY ADAMS (The Master): es una de las actrices actuales más sorprendentes, por adaptarse casi a cualquier registro. Recientemente la vimos interpretando a la moderna hija de un veterano ojeador de béisbol (Clint Eastwood) y en esta ocasión es la abnegada y estricta mujer del líder de una secta.

- SALLY FIELD (Lincoln): muy bien en su papel como Mary Todd, la atormentada esposa del presidente Lincoln. Al igual que con su marido en la ficción es una pena que no se explicara más sobre su personaje, aparte de la muerte de su hijo, que marcó al matrimonio.

- ANNE HATHAWAY (Los Miserables): es muy buena actriz y no canta mal, pero, al igual que Hugh Jackman, no la veo en un musical, y menos interpretando a la Fantine de Los Miserables. El personaje, por cierto, destaca en la novela por su larga cabellera rubia, y, aunque no es culpa de Anne Hathaway, me fastidió que no se respetara la descripción original con la actriz.

- HELEN HUNT (Las Sesiones): impresionante todo: el papelón que realiza y lo extraordinaria que está a sus 50 años. El físico importa aquí más que nada porque interpreta a una terapeuta sexual que presta sus servicios a un tetrapléjico, y eso hace que se la vea un buen puñado de veces completamente desnuda desde todos los ángulos. Pero que quede claro: si como mujer está estupenda, como actriz aquí demuestra ser un fenómeno. Se merece el premio más que nadie.



- JACKI WEAVER (El Lado Bueno de las Cosas): era conocida sobre todo en Australia, su país, hasta este momento. Su expresiva interpretación como la sufrida madre de un bipolar y mujer de un maniático es bastante decente.