lunes, 7 de septiembre de 2015

Twin Peaks: no más, por favor

(Spoiler alert!).

Como dicen que para entender el presente hay que conocer el pasado, y además tenía tiempo libre, dediqué toda la semana pasada a ver las dos temporadas de Twin Peaks. No se puede decir que las devorara, porque se devora algo cuando te encanta; más bien, según avanzaba la serie, las consumí casi sin masticarlas, para acabar lo más rápido posible. Porque sobre todo la segunda temporada se me hizo infumable. Me pareció una tomadura de pelo, y encima dura 22 capítulos, frente a los 8 de la primera. 

Si vi la serie fue porque, como buena adicta, me sentía desde hace tiempo obligada a ver la que dicen que marcó un antes y un después. También han dicho que van a estrenar una tercera temporada, y pensé que podría ser interesante verla.

Todo lo que sabía de la serie era que la había creado David Lynch y que el tema central era el asesinato de la joven Laura Palmer (por cierto, gran parte de esa trama es "sorprendentemente" parecida a The Killing...). Esto es así en la primera temporada, porque la segunda arranca con otros temas y parece que hasta el capítulo seis o siete no se acuerdan de que lo importante es descubrir al asesino.



Empecé con mal pie: no me gustó nada la sintonía del principio ni las diversas musiquillas moñas que se oyen en diversas escenas. Pero seguí adelante. Más tarde, cuando por fin se supo quién era el asesino, la resolución me pareció casi tan ridícula como el final de Lost. Así que el asesino era el propio Leland Palmer, que tenía una especie de desdoblamiento de personalidad (¿un poco como en Psicosis?), y en su cabeza vivía un malvado fulano greñudo llamado Bob, cuya forma de demostrar lo temible que era consistía en agitar la estropajosa melena grisácea, abrir al máximo la boca y enseñar todos sus dientes, bastante sucios, por cierto. Pero resulta que el agente Cooper veía también al ente malvado llamado Bob, ¡así que entonces ese Bob no estaba solo en la cabeza de Leland Palmer, sino que era "real" y podía poseer a gente a su antojo! (¿un poco como en El Exorcista?).

¿Y por qué el agente Cooper puede ver a Bob y los demás no? Pues porque, por lo que se ve, es por lo menos medio chamán. Ve muertos, un gigante, un enano...  y todos ellos rodeados por un telón rojo, muy de cabaret o de Eyes Wide Shut. Dale Cooper también es medio hippie o medio budista, siempre sonriente, dando gracias por todo (los pinos, las tazas de café solo, las toneladas de donuts que les lleva Lucy a diario...), pero también es profundo y reflexivo. Me cae bien el personaje, pero carece de picardía, parece casi un monje, con tanto temple.



Tanto él como el resto de personajes están mejor logrados en la primera temporada que en la segunda. En esta última todo es un desastre: personajes que no pintan nada ahí (el insípido James Hurley en su Harley, que va de James Dean y no llega ni a chico de Al Salir de Clase; Leo, al que dejan primero en coma y luego medio lelo; el doctor Jacoby, que para ser psiquiatra no ayuda mucho en nada...); subtramas absurdas y prescindibles (la locura temporal de Ben Horne; el verdadero padre de Donna, situación toda un "WTF???"; la ricachona que se liga a James... Incluso toda la historia de Windom Earle, que se supone que es la importante, me parece un despropósito); unos diálogos aún más pésimos que en la temporada anterior, de culebrón venezolano ("Josie, ¿adónde vas con esas maletas? ¿Me estás dejando?", "¡Oh, Harry!" -suspiro y abrazo-, "¡Josie!", "¡Harry!", y Josie se larga sin decirle "ahí te quedas").

Los únicos personajes que evolucionan un poco, y a mejor, son el joven Bobby, que se busca trabajo para poder vivir con Shelly, y Nadine, cuya involución a la adolescencia con la fuerza de Hulk es bastante graciosa, teniendo en cuenta que antes de eso era insufrible. En cuanto a la mayoría del resto de actrices, se ve que lo que más primó fue su físico. Eso también me lo dijeron: "en Twin Peaks hay tías buenas para aburrir", y así es. ¿Quizás esto influyó en series como Beverly Hills 90210?



Y el final... ¡Bufff, vaya final! No me gustó, pero a la vez creo que no fue una mala manera de terminar. Pero sí que fue un momento Padre Karras total. Es cierto que no siempre el final tiene que ser feliz, pero este final, así y sin explicar nada... Aunque visto lo visto, podías esperar que en cualquier momento algún personaje se hiciera invisible, o pudiera volar, o lanzar rayos con los ojos, o cualquier otra ida de olla.

Resumiendo: quizás en su momento causó sensación, no lo sé, pero ahora, después de haber visto series espectaculares (Los Soprano, The Wire, Mad Men, Boardwalk Empire...), Twin Peaks me parece una pérdida de tiempo total. ¿Que marcó algo de estilo? Puede ser. Desde luego, estoy bastante segura de que Expediente X no habría existido sin Twin Peaks, pero es que la serie de Mulder y Scully también le da mil vueltas a la de Lynch (por cierto, aparición estelar la de David Duchovny en Twin Peaks, por lo menos solo con verle te hace reír). En fin, miedo me da cómo puede ser la tercera temporada. Leeré las críticas por curiosidad, pero no pienso perder más tiempo viéndola. Laura Palmer no me verá en 25 años...


miércoles, 20 de mayo de 2015

Canciones felices / Happy songs

He aquí una lista de canciones que irradian alegría, jolgorio y felicidad pura. Muchas de ellas son canciones de amor, del amor en su estado más febril. Como siempre, se podrían añadir muchas más, pero de momento aquí están estas. Te pueden alegrar un mal día o una mala racha, o si tienes la suerte de ser feliz su mera escucha te puede hacer aún más dichoso:


1) The Kinks: Autumn Almanac (o también Wonderboy, Polly, The Video Shop...).



2) The Turtles: Happy Together




3) The Buzzcocks: Love You More




4) The Beatles: Twist and Shout (aunque, como en el caso de The Kinks, podrían ser bastantes más).




5) The Beach Boys: Wouldn't It Be Nice




6) Bruce Springsteen: Jungleland




7) The Wannadies: You and Me Song




8) Herman Hermits: I'm Into Something Good




9) Steve Harley & Cockney Rebel: Make Me Smile




10) Oasis: All Around The World 




11) Queen: Breakthru




12) George Harrison: Got My Mind Set On You




13) Jackie Wilson: (Your Love Keeps Lifting Me) Higher and Higher




14) Sister Sledge: Thinking of You (sin menospreciar para nada la original, me quedo con la versión que hizo Paul Weller para su Studio 150 de 2004).



15) Patrick Wolf: The Magic Position




16) The Traveling Wilburys: Handle With Care




17) The Ramones: Oh Oh, I Love Her So




18) Nina Simone: My Baby Just Cares For Me




19) The Troggs: With A Girl Like You



20) Creedence Clearwater Revival: Down On The Corner




21) The Rolling Stones: She's A Rainbow




22) Buddy Holly: Everyday




23) The Rascals: A Beautiful Morning




24) Tom Petty: Learning To Fly




25) Aretha Franklin: Think




26) Loquillo y Los Trogloditas: Morir en primavera (mejor en su versión en directo).



27) MGMT: Time To Pretend




28) Arcade Fire: Rebellion (Lies)




29) The Long Winters: Scared Straight




30) The Proclaimers: I'm Gonna Be (500 Miles)




31) Cornershop: Brimful of Asha




32) Chuck Berry: Johnny B. Goode




33) David Bowie: Modern Love




34) Lynyrd Skynyrd: Sweet Home Alabama




35) The Jam: A Town Called Malice


viernes, 27 de marzo de 2015

Los Buzzcocks nunca fallan

Me lo dijeron días antes del concierto, y era verdad. No tardaron nada en demostrar que siguen teniendo carisma y siendo uno de los mejores grupos de punk rock que habrá en la historia. Los Buzzcocks salieron anoche al escenario de la Sala But, arrancaron con Boredom y en cinco segundos se habían metido al público en el bolsillo. Sin parar ni un segundo encadenaron al primer tema Fast Cars (con la misma intro que la anterior) y I Don't Mind

Para entonces los asistentes habíamos enloquecido del todo y sin remedio. Si alguien tenía dudas de que Pete Shelley y Steve Diggle, ambos a semanas de cumplir los 60, tendrían un mal rendimiento en vivo, estaban muy equivocados. No solo es que aguantaran la hora y media de actuación, en muchas ocasiones parando escasos segundos entre canción y canción (si es que paraban), sino que derrochaban energía. A esto ayudaron sus dos nuevos acompañantes, algo más joven que ellos: el bajista Chris Remington, discreto pero eficaz, teniendo en cuenta lo importante que es el bajo en muchos temas de los Buzzcocks, y el batería Danny Farrant, potente y tan infatigable como sus compañeros.




La voz de Pete Shelley ha perdido sus juveniles registros, sobre todo en los agudos, pero sigue manteniendo un timbre agradable y capaz de interpretar más que dignamente tanto las composiciones grabadas entre hace cuatro décadas como las del año pasado. Sin embargo, fue curioso percibir cómo a medida que pasaba el concierto su voz se calentaba y mejoraba, hasta el punto de que cerraron con Orgasm Addict y sus famosos gritos inundaron el local. Además se dosificó bien con Steve Diggle, de manera que cada uno interpretaba un bloque de canciones y después se encargaba el otro. Diggle, que parecía eléctrico y se marcó un solo muy destacable, fue especialmente participativo y agradecido con el público.

El repertorio fue realmente acertado. Personalmente, solo me faltaron Get On Your Own y Wish I Never Loved You, pero no me quejo, en absoluto. Solo tocaron cinco temas del último álbum, The Way, entre ellas la poderosa Keep On Believing. El resto del setlist, como no podía ser de otra forma, se compuso de clásicos, siempre eternos e infalibles. Da gusto ver que esos temas no han envejecido en absoluto, y además ganan muchos puntos en directo, por potencia y por las ganas que les pone la banda: Nothing Left, Promises, Love You More, What Do I Get... y su estrella, Ever Fallen In Love (With Someone You Shouldn't've).

Aún quedan Buzzcocks para rato, y de verdad que se agradece. Pocos grupos contagian al público de su energía y lo tienen saltando, bailando y coreando sus estribillos sin parar durante una hora y media que se hizo corta. Todavía les quedan un par de fechas en España, hoy en Santander y mañana en San Sebastián. No os los perdáis si tenéis la ocasión de ir.

viernes, 13 de marzo de 2015

Después de la fiebre de 'Birdman'

Cuando se crea mucha expectación por la llegada de algo, lo habitual es que casi todos esperen que ese algo sea algo extraordinario, difícil de ser; o al menos algo bastante bueno, sin más. ¿Es posible que esto le haya sucedido a Birdman, el último largometraje de Alejandro González Iñárritu?

Podría ser, o no. Mi primer pensamiento tras comenzar los títulos de crédito fue: "con lo que se ha hablado de esta película, con la de Oscar y otros premios que ha ganado, y con lo que me la han recomendado varias personas... ¡Y al final resulta que no era para tanto!". Por no ser injusta, mi siguiente pensamiento fue que no es para nada una mala película, pero tampoco creo que sea recordada en unos pocos años. Y ya si se la compara con los otros títulos del director, en especial con la de su famosa trilogía, la diferencia es abismal, aunque Birdman no tenga nada que ver con los otros.



Sin desdeñar en absoluto a Iñárritu y su obra (sería ridículo hacerlo, a juzgar por su filmografía), creo que Birdman se pierde en la autocomplacencia, que el director daba por sentado que iba a hacer una obra maestra, con un guión magistral y una técnica originalísima. Ni lo uno ni lo otro: el guión aburre en muchos momentos, y el comentadísimo plano secuencia, aparte de ser falso, ya era algo que se había hecho antes (por ejemplo lo hizo Hitchcock). Y todo es bastante pretencioso, comenzando por el larguísimo título.

Me costó mantenerme despierta, lo reconozco. Y en buena hora lo hice: si la trama a veces carece totalmente de interés, el final es casi un insulto. (SPOILER ALERT) No puede ser que se nos muestre a un protagonista medio trastornado, que se cree el súper héroe que interpretó, pero vemos que todo está en su mente, y que de pronto al final se decida a saltar por la ventana, harto de todo e incluso después de haber sobrevivido a un autodisparo en la cara... y vuele por el aire, como el auténtico Hombre Pájaro. Eso es faltar a las reglas del juego del propio filme.

Me comentaron que eso se podría considerar "realismo mágico". Cada uno ve las cosas de una manera, está claro, pero realismo mágico para mí es Alfanhuí de Sánchez Ferlosio, no esto. Salí del cine con la sensación de haber perdido el tiempo y de que de toda la película solo salvaría a Emma Stone, que nunca dejará de parecerme una enorme actriz que puede ser aún mejor de lo que ya es.

miércoles, 13 de agosto de 2014

'Begin Again': otra maravilla de John Carney

En estos tiempos donde cada vez escasea más la buena música y el buen cine, ejemplos como Begin Again demuestran que ambas cosas siguen siendo posibles. Y no solo eso: la película es mucho más que eso. El compendio de los diversos factores que la componen resultan en un filme maravilloso, original (sobre todo cuando menos te lo esperas) y, principalmente, lleno de puro amor por la música. Se agradece infinitamente (al director y guionista, John Carney) que no sea otra película más del tipo: "una cantautora joven, mona y con talento atrae la atención del (ex) dueño de una discográfica y al final surge algo entre ellos".

La peli va aparentemente de eso, sí. Pero hay más. En concreto, hay determinados momentos que logran constituir el engranaje perfecto que es Begin Again. Por ejemplo, el doble flashback del principio es un recurso ideal que logra dibujar perfectamente a cada personaje, en concreto lo que han tenido, lo que han perdido y cómo cada uno lleva como puede su situación. Poco después la secuencia en la que Dan (Mark Ruffalo) imagina cómo mejorar con arreglos la canción que está tocando Gretta (Keira Knightley) es sencillamente sublime. Y los minutos en que ambos caminan por todo Nueva York escuchando música a través dos auriculares conectados al mismo móvil es pura maravilla, la cita soñada por cualquier melómano de verdad. "Viendo la playlist en el móvil de una persona se sabe cómo es esa persona", sentencia con total acierto el personaje de Mark Ruffalo.



Otro hecho por el que dar gracias a John Carney es la labor que ha hecho con los actores, de los que ha logrado sacar lo mejor. Mark Ruffalo ya desde hace tiempo se ha destacado como un buen intérprete, cada vez mejor e incluso con más encanto según ha ido madurando, y en general su filmografía tiene más títulos buenos que malos (no os perdáis su reciente TV movie para HBO, The Normal Heart, estupenda pero muy cruda). Con Keira Knightley sucede un poco lo contrario: ha trabajado en unas cuantas películas más que aceptables, pero ninguna ha sido memorable, y se la recuerda especialmente por títulos de dudosa calidad, pese a que algunos hayan arrasado en taquilla. Sin embargo no es para nada mala actriz, e incluso aquí demuestra que como cantante se defiende, aunque su registro vocal sea limitado.

Los personajes secundarios dan aún más juego a la película, entre ellos la hija de Dan, Hailee Steinfeld, una joven actriz con mucho potencial; la ex de Dan, la veterana Catherine Keener; el entrañable y salvador amigo  de Gretta, James Corden; el exsocio de Dan, el rapero Mos Def, y otro cantante, también entrañable a más no poder, CeeLo Green, que interpreta a un exitoso e influyente rapero que ayuda incondicionalmente a ambos protagonistas. Además debuta en un largometraje Adam Levine, cantante del grupo Maroon 5, que si bien no se muestra como un actor excepcional tampoco lo hace mal. Como vocalista, eso sí, alguien debería suplicarle para que deje de abusar  de ese estridente falsete que le sale tan a menudo.

La banda sonora es la columna vertebral del filme. La mayoría de las canciones las interpreta Keira Knightley, pero también hay varias de Adam Levine. Todos los temas son bonitos e intimistas sin caer en lo pasteloso, algo que muchos valoramos muy positivamente. Hasta la forma de grabar las canciones (en plena calle, en una azotea, en un parque, en un callejón con niños haciendo los coros...) es simplemente preciosa. Es un amor totalmente genuino por la música.

Solo cabe, como ya decíamos, agradecer infinitamente a John Carney por haber filmado otro título maravilloso. Ya lo hizo con la excelsa Once hace pocos años (también fue su director y guionista) y ahora lo ha vuelto a lograr. En cada segundo de la película se ve que todo lo ha planeado exhaustivamente y con mucho mimo, y ante todo que ama de verdad la música, la buena música. Solo un verdadero melómano puede hacer una obra así. Ojalá hubiera más John Carneys en el mundo.


NOTA: 8,5/10

miércoles, 2 de julio de 2014

Breve reflexión cultural sobre la actualidad, así porque sí


En Alta fidelidad el protagonista se preguntaba: "¿estoy deprimido porque me gusta la música pop o me gusta la música pop porque estoy deprimido?".

Yo me pregunto: ¿la gente es idiota porque consume basura o consume basura porque es idiota? 

Vivimos no ya en un país, sino en un mundo donde cada vez menos gente quiere dedicar tiempo a culturizarse, a mejorarse a sí mismo por dentro, a aprender cosas útiles que, por tanto, requieran un mínimo de esfuerzo. Pero es más fácil estar al día del programa de los tronistas canis y chonis, no perderse un número de la Cuore ("porno rosa", lo llamaba uno de mis profesores favoritos), ver películas que no perdurarán con guiones escritos por y para lelos, saber qué colores, tejidos y complementos están de moda este año, escuchar música de la que en tres meses nadie se acordará, leer libros (si es que alguien aún lee más de dos libros al año) mal escritos y con argumentos ridículos, etc. Y de paso, sentirse orgulloso de todo esto.

¿Tiene la culpa de todo esto la dejadez de la gente o es que Internet y la televisión emiten tanta basura que uno se deja atontar hasta que se queda sin criterio? ¿Pero acaso cuesta tanto no caer en el atontamiento o intentar salir de él?


P.D. Todo esto viene al hilo de cosas que llevo viendo todos los días desde hace muchos años y que acaban hastiando. Cosas como que el próximo sábado vaya a ver actuar a John Fogerty en Gredos y haya gente que arrugue la cara y me pregunte: "¿a quién?". Si no conoces a John Fogerty, uno de los merecidamente grandes de la música de todos los tiempos, no sabes lo que te estás perdiendo, ni sé ni qué coño haces en este mundo, francamente.



sábado, 21 de junio de 2014

HAPPY 70th BIRTHDAY, RAY DAVIES!!

Él no es como todo el mundo. Es uno de los escasos supervivientes de la mejor generación de músicos que ha habido y que habrá. Es el séptimo hijo del séptimo hijo y nació en el día del solsticio de verano. Es el alma y el cerebro de un grupo que tiene canciones (temazos todos) para cada momento de tu vida. Es un hombre que merece el más inmenso respeto y reconocimiento por haber creado una brillante obra sonora por la que merece la pena vivir.

Es uno de los compositores más influyentes que ha habido y habrá nunca ('You Really Got Me' marcó un antes y un después). Le adoran artistas tan variopintos como Bruce Springsteen, Metallica, Oasis, Pearl Jam, David Bowie, Blur, Bon Jovi, Alex Chilton, Loquillo, Mando Diao...

Es Ray Davies y hoy cumple 70 veranos, y este verano tengo que verle al fin en directo cueste lo que cueste. Es un mito, una leyenda viva. Hoy sí que sí grito: ¡¡¡VIVA EL RAY!!!





miércoles, 26 de marzo de 2014

No pierdan de vista a The Wild Feathers

Si bien hoy en día la originalidad escasea en casi todas las áreas (ya está todo inventado, se dice), aun careciendo de esta cualidad uno puede ser bueno e incluso muy bueno en algo. Es el caso de The Wild Feathers. El quinteto formado en Austin no ha inventado precisamente la pólvora, pero son pura maravilla en el estudio y más aún sobre el escenario.

El concierto que ofrecieron el 25 de marzo en la sala Caracol de Madrid fue sencillamente espectacular. Era su primera visita a España y al primer acorde ya se habían metido al público en el bolsillo. Cierto es que el público ya iba con buenos presentimientos sobre lo que iba a ser la noche, ya que el disco de debut del grupo es magnífico.

El sonido que ofrecieron fue de sobresaliente. Y todo porque los cinco integrantes del grupo cantan y tocan como los ángeles. No son virtuosos, pero les falta poco para serlo. Tocaron todo su primer disco íntegro, más un tema nuevo (Happy Again) y tres covers de temas buenísimos que interpretaron a la perfección: Listen To Her Heart, de Tom Petty, Hey Hey What Can I Do de Led Zeppelin y, sobre todo, The Weight, de The Band, para lo que les vino de lujo tener tres voces. Porque ese es otro de los puntos fuertes de The Wild Feathers: tienen tres cantantes, a cada cual mejor.

Fue desde luego un directo memorable, con el público entregado y la banda dando el 100% o más. Todas las canciones sonaron mejor que en el disco, que ya es decir, excepto American, que la interpretaron con algo menos de fuerza, incomprensiblemente. Para mí es la mejor del álbum.

A The Wild Feathers se les augura un futuro brillante con una condición. Hasta ahora, escuchar su disco es  como escuchar a muchos artistas a la vez: hay temas que suenan a Ryan Adams, otros a The Band, otros a Tom Petty, otros incluso a Dawes... Son buenísimas influencias, ni qué decir tiene, pero esta banda necesita encontrar un sonido propio, y cuando lo hagan, con el talento que derrochan, serán insuperables.


NOTA: 9,5/10

domingo, 2 de marzo de 2014

Mis apuestas para los Oscar 2014

Este año los Oscar vienen muy pero que muy reñidos. Hacía tiempo que no veía algo así, y creo que van a estar bastante repartidos. Como es habitual, no estoy al 100% de acuerdo con las nominaciones de la Academia. He aquí un repaso a las principales categorías y los candidatos:


MEJOR PELÍCULA

- La gran estafa americana: sin ser para nada una mala película, no me pareció especialmente fascinante. La idea de una pareja de hábiles estafadores no es precisamente original, pero aquí intentan hacerla atractiva adornándolo todo con una estética de la época (setentera), muchos trajes, escenarios llamativos... No carece de interés, pero lo mejor son los actores, principalmente Amy Adams y Jennifer Lawrence, espectaculares ambas en todos los sentidos.

- Capitán Phillips: tras la necesaria introducción la historia es tan trepidante como angustiosa hasta el fin. La historia real de un barco mercante secuestrado por piratas somalíes a los que hace frente el capitán, un inmenso Tom Hanks, es buena y está muy bien escenificada, pero ha llegado en un año con una competencia realmente feroz. No se llevará la estatuilla, pero no por ello deja de ser una buena película. Aunque poco después de su estreno surgieron voces discordantes con lo que realmente ocurrió aquel día y lo que refleja la película. Es lo que tiene el cine.

- Dallas Buyers Club: los relatos de enfermos graves o terminales gustan mucho en Hollywood, y más cuando son interpretados por estrellas como Matthew McConaughey, casi irreconocible en su delgadez extrema, necesaria para dar vida al enfermo de sida Ron Woodroof, quien también fue un personaje real. Si bien la historia es interesante, también es algo larga, y en alguna parte cansa un poco. Lo mejor es cómo se muestra la evolución del protagonista y las actuaciones del propio McConaughey y de un secundario (y también difícil de reconocer) Jared Leto.

- Gravity: es innegable que es un prodigio técnico: uno se siente totalmente en el espacio exterior, lo cual puede angustiar, eso sí. El tema central, de autosuperación, de luchar contra la adversidad aunque uno esté superado por las circunstancias y sienta la tentación de no hacer nada, es interesante pero se alarga demasiado para crear tensión. Tampoco me convenció la actriz protagonista, Sandra Bullock. Es más, el personaje en sí me resultó bastante cargante; todo lo contrario que el astronauta al que da vida George Clooney, aunque aparezca muy poco tiempo en pantalla.

- Her: en el relato de un hombre enamorado (y correspondido) de un sistema operativo, es decir, de una especie de asistente virtual que no sólo te ayuda con el ordenador, sino que te da conversación como si fuera una persona real, rechinan varias cosas. La principal es que un ente virtual, por muy bien diseñado que esté, nunca podrá sentir amor por algo o alguien. Por otra parte, aunque suene a friki, en un capítulo de la serie The Big Bang Theory sucede algo parecido: el personaje de Raj se enamora de Siri, la asistente virtual del iPhone. Dejando esto aparte, Her se puede ver como una certera crítica a un futuro quizá no muy lejano donde todos viviremos aislados, cada uno enganchado a un aparatito que nos soluciona la vida, en vez de tener relaciones reales con gente de carne y hueso porque esto siempre exige más esfuerzo. Es, por tanto, un emocional (y algo lento) relato de la soledad de un hombre, interpretado por Joaquin Phoenix, que con esos intensos y enormes ojos azules resulta bastante convincente en su papel. 

- Nebraskaes una preciosidad, por cómo está rodada y por lo que cuenta. Comparte similitudes con La Última Película de Peter Bogdanovich: habla de la soledad de los personajes protagonistas, una familia algo disfuncional pero que irá uniéndose gracias a diversos acontecimientos. Está rodada en blanco y negro, lo cual es un acierto para la historia que cuenta, en este caso a veces tristona o más bien melancólica, aun con momentos cómicos y entrañables. Nebraska trata temas universales en el viaje de un cuarentón algo gris (Will Forte) con su anciano progenitor para recoger un ficticio premio de un millón de dólares por empeño del padre. En el trayecto paran unos días en el pueblo natal del padre, debido a lo cual su hijo descubrirá muchas cosas (buenas y malas) de las que nunca se hubiera enterado de no haber ido. En su periplo coincidirán con múltiples familiares y antiguos amigos, que a veces les ayudan y otras veces son puros buitres que quieren aprovecharse de ellos. Es extraordinaria la actuación de Bruce Dern, que se mimetiza absolutamente con su personaje.

- Philomena: la historia real de un bebé robado, tan actual en España, gana puntos cuando la dirige Stephen Frears y la protagoniza Judi Dench. Ella es la sufrida madre, la irlandesa Philomena, que al quedarse embarazada siendo adolescente fue acogida por unas monjas, que dieron a su bebé en adopción sin su consentimiento. 50 años después un periodista ayudará a buscar a su hijo. Es cierto que la temática no es la más novedosa ni la más interesante, pero la magnífica actuación de Judi Dench haciendo de ancianita entrañable y bondadosa hace que merezca la pena. Steve Coogan, que interpreta al periodista Martin Sixsmith, es también co-guionista del filme.

- 12 años de esclavitud: posee elementos que siempre gustan en Hollywood: una historia real, durísima a más no poder, con esclavos y crueles amos, con un ángel de la guarda que salva al protagonista, un hombre cultivado y talentoso que tuvo la pésima suerte de ser estafado en una época bárbara en la historia norteamericana... Y sobre todo está llena de espléndidas interpretaciones: Chiwetel Ejiofor como el esclavo Solomon Northup, Michael Fassbender como el salvaje amo, Paul Dano como un inhumano capataz y Brad Pitt como el carpintero canadiense y antiesclavista que salva a Solomon. Pese a ser larga, se nota que está rodada con mimo: a Steve McQueen le encantó la historia en cuanto leyó el libro en el que se ha basado para el filme.

- El lobo de Wall Street: Scorsese ha vuelto a usar sus manos mágicas para recrear otra historia real, la de Jordan Belfort, un joven que entra en Wall Street en buen plan pero se da cuenta de que para triunfar a lo grande tiene que convertirse en un tiburón, estafando a quien hiciera falta hasta hacerse multimillonario y dejando por el camino un largo reguero de alcohol, drogas y mujeres de toda condición. Leonardo DiCaprio está espectacular en el papel del depravado protagonista, bien secundado por Jonah Hill. El momentazo, con el colocón repentino de DiCaprio tras una breve visita al club de campo, es antológico. El lobo de Wall Street también es larga pero no lo parece porque es un no parar de estafas, borracheras, orgías, peleas y demás. Recuerda en parte a la magnífica Casino, también de Scorsese.

  • Si pudiera elegir le daría el Oscar a: El lobo de Wall Street, por estar tan bien rodada.
  • Quién creo que va a ganar: 12 años de esclavitud, por su temática.
  • Se echa en falta entre los nominados: (y mucho) a Prisioneros, todo un peliculón. Tampoco habría estado de más incluir A propósito de Llewyn Davis, de los hermanos Coen.




MEJOR DIRECCIÓN

- David O. Russell (La gran estafa americana): no me convence cómo narra la historia, que no me logró interesar demasiado, pese a estar mantenida por un buen elenco de actores.
- Alfonso Cuarón (Gravity): aunque los hechos en sí y su desarrollo no me parecieron especialmente apasionantes, su película es todo un prodigio técnico, bastante innovadora en cuanto a la forma en que está rodada, y sólo por eso merece ser recompensado a título personal. 
- Alexander Payne (Nebraska): ha mostrado valentía al rodar un filme en blanco y negro en esta época, aunque no haya sido el primero en hacerlo. Por otra parte, Nebraska está rodada de forma interesante, con planos a veces atípicos pero siempre bellos. En cierto modo es incluso un homenaje al cine clásico. Payne no se llevará este premio, pero hay que agradecerle este ejercicio de buen cine.
- Steve McQueen (12 años de esclavitud): muy comprometido con el tema de la esclavitud, en su reciente trabajo se ven las muchas ganas que tenía de llevarlo a cabo. Se nota que es un perfeccionista.
- Martin Scorsese (El lobo de Wall Street): no se pueden decir muchas cosas nuevas de Scorsese a estas alturas, pero aquí está claro que lo ha vuelto a hacer como sabe: ha creado una película bien estructurada, entretenida, con un buen guión, personajes carismáticos y actores muy solventes.



  • Si pudiera elegir le daría el Oscar a: Martin Scorsese, porque El lobo de Wall Street está contada con ese estilo tan suyo.
  • Quién creo que va a ganar: Alfonso Cuarón, y muy merecidamente por el asombroso realismo espacial de Gravity.





MEJOR ACTRIZ PRINCIPAL

- Amy Adams (La gran estafa americana): bellísima y con talento, Amy Adams lo tiene todo. Aquí da vida muy convincentemente a una buscavidas que junto a su novio (Christian Bale) se dedica a todo tipo de estafas. Más tarde se liará con el agente del FBI (Bradley Cooper) que les exige colaboración o cárcel. Los vestidos que luce causarán arritmias en muchos espectadores. Su actuación y la de Jennifer Lawrence es lo mejor del filme.
- Cate Blanchett (Blue Jasmine): exquisita como siempre, en esta ocasión se supera. Ha interpretado todo tipo de papeles femeninos en su carrera, pero éste era muy goloso: la remilgada, guapa y algo desequilibrada Jasmine, una mujer de la alta sociedad neoyorquina, habituada a la buena vida, que de pronto se ve superada por las circunstancias tras arruinarse su millonario (y estafador) marido. La película es un título menor de Woody Allen en la cual lo que más destaca es la fantástica actuación de Cate Blanchett.
- Sandra Bullock (Gravity): nunca me ha parecido una gran actriz, y aunque aquí trabaja aceptablemente bien no termina de convencerme, por la actuación en sí y porque no la veo como astronauta ni por asomo.
- Judi Dench (Philomena): tan perfecta como nos tiene acostumbrados, interpreta a la perfección a una abuelita irlandesa algo ingenua y bondadosa. Gran actuación, pero no memorable.
- Meryl Streep (Agosto): nadie duda a estas alturas de su enorme talento, y aunque aquí está muy bien no es de sus mejores actuaciones. Quizás a veces sobreactúa en su papel de reciente viuda, enferma de cáncer y de lengua viperina, pero su interpretación es al menos de notable.

  • Si pudiera elegir le daría el Oscar a: Cate Blanchett
  • Quién creo que va a ganar: Cate Blanchett





MEJOR ACTOR PRINCIPAL

- Christian Bale (La gran estafa americana): debe de ser uno de los actores que más engorda y adelgaza para un papel. Tras verle con un cuerpo atlético en la reciente trilogía de Batman, aquí vemos a un personaje que luce barrigón, está obsesionado por mantener en su sitio y bien peinado su peluquín y aunque quiere a su novia es incapaz de divorciarse de su esposa. Es una buena actuación, pero no excesivamente notable.
- Bruce Dern (Nebraska): su personaje de Woody es otro abuelete, soportable sólo a ratos. Es cabezota, poco afectuoso y con escasa capacidad de atención, debido a su avanzada edad. También es un hombre sencillo que ha cometido errores y sólo quiere dejar un legado a sus hijos. Fantástico trabajo el de Bruce Dern, con su pelo blanco siempre revuelto y acumulando golpe tras golpe (metafóricos y reales). Muy entrañable.
- Leonardo DiCaprio (El lobo de Wall Street): es sencillamente espectacular lo que hace DiCaprio aquí. Parece hecho a su medida el papel de depredador en los negocios, mujeriego, drogadicto, alcohólico y depravado en general. Siempre ha sido buen actor, pero ha ido mejorando cada vez más y en esta ocasión lo borda. También se nota que está bien dirigido, y que Scorsese cree en él: ya es la quinta película en la que trabajan juntos. Se merece el Oscar ya.
- Chiwetel Ejiofor (12 años de esclavitud): es detacable lo bien que escenifica el sufrimiento y la desesperación que padece su personaje, cruelmente esclavizado durante 12 años aun siendo un hombre libre. Es un actor a tener en cuenta y aún tiene mucha carrera por delante, pero en esta ocasión creo que no tendrá suerte con la estatuilla al haber coincidido con fuertes rivales.
- Matthew McConaughey (Dallas Buyers Club): otro espectacular cambio de imagen y sobre todo de registro. Desde hace un par de años Matthew McConaughey debe de haberse cansado de ser sólo un guapo oficial y después de tantas películas mediocres o directamente malas al fin ha empezado a escoger guiones interesantes, desde Mud hasta, sobre todo, la actual y magnífica serie de TV True Detective. En Dallas Buyers Club realmente convence en su interpretación de Ron Woodruff, un enfermo real de sida que comenzó en los años 70 una cruzada para lograr que le dejaran consumir los medicamentos con los que notase mejoría y no los que le recetara un doctor. Es un tipo de personaje (y de historia) que suele gustar a la Academia. La riña seguramente estará entre él y DiCaprio.


  • Si pudiera elegir le daría el Oscar a: Leonardo DiCaprio, pero parece que está maldito en los Oscar.
  • Quién creo que va a ganar: Matthew McConaughey, por el papel concreto que interpreta.
  • Se echa en falta entre los nominados a: Tom Hanks (Capitán Phillips). Es increíble que no esté nominado. Le añadiría sin dudarlo en lugar de Christian Bale.




MEJOR ACTRIZ DE REPARTO

- Sally Hawkins (Blue Jasmine): interesante papel como hermana buenaza que trata bastante mejor a su mimada hermana Jasmine de lo que ésta hace por ella. No es para ganar un Oscar, pero se agradece el buen trabajo.
- Jennifer Lawrence (La gran estafa americana): la mujer de un estafador medio desequilibrada, bocazas y problemática, a la par que guapísima, era todo un papelón. El personaje es muy bueno y ella lo exprime hasta la última gota. Una lástima que compita con Julia Roberts, que está extraordinaria.
- Lupita Nyongo'o (12 años de esclavitud): muy pero que muy destacable la actuación de esta chica como esclava maltratadísima por su loco amo. Su tristísima expresión es conmovedora. Probablemente no se lleve el premio, pero espero verla en muchas más películas a partir de ahora.
- Julia Roberts (Agosto): está fantástica en este otro papel muy goloso: el de una mujer de mediana edad con diversos problemas (marido infiel, hija adolescente pesadita, madre medio loca, familia con lo suyo...). El duelo interpretativo Julia Roberts-Meryl Streep es seguramente el mejor del año.
- June Squibb (Nebraska): entrañable esta abuelita que sin embargo no se arrecia ante nadie ni ante nada, intentando mantener a flote a su familia. Muy interesante esta actriz.



  • Si pudiera elegir le daría el Oscar a: Julia Roberts
  • Quién creo que va a ganar: Julia Roberts






MEJOR ACTOR DE REPARTO

- Barkhad Abdi (Capitán Phillips): este debutante ha entrado por la puerta grande. Abdi está totalmente convincente en su papel como secuestrador somalí. Sin embargo, al igual que sucede en el resto de categorías, sus rivales son fortísimos.
- Bradley Cooper (La gran estafa americana): convence en su papel de agente del FBI que acuerda con una pareja de estafadores que éstos le ayuden a cambio de evitar la cárcel; pero convence lo justo, sin más. Bradley Cooper no es mal actor, pero de momento no destaca especialmente por ninguno de sus trabajos.
- Michael Fassbender (12 años de esclavitud): es espectacular cómo se mete totalmente en la piel de un terrateniente esclavista, cruel y sádico a más no poder que no duda en dar palizas, violar o incluso matar a sus esclavos, con motivo o sin él. Fassbender es realmente aterrador en ese papel.
- Jonah Hill (El lobo de Wall Street): es un actor que suele tener gracia, y aquí también la tiene. Escenifica muy bien la metamorfosis que va sufriendo su personaje, un hombre común harto de su trabajo común que se alía con un tiburón financiero para conseguir una vida de lujo y desenfreno. Se nota que Jonah Hill está bien dirigido.
- Jared Leto (Dallas Buyers Club): si su compañero de reparto Matthew McConaughey se transformó notablemente para trabajar en esta película, el cambio de Jared Leto es brutal. Casi esquelético (dicen que literalmente dejó de comer para perder peso), maquillado y vestido como una mujer, interpreta fielmente a un travesti con sida. Su actuación merece una recompensa. Es tan asombroso que en esta película está más "guapa" que muchas mujeres.
  • Si pudiera elegir le daría el Oscar a: Jared Leto
  • Quién creo que va a ganar: Michael Fassbender



martes, 4 de febrero de 2014

El baile de máscaras de Polanski

Si en Un dios salvaje Roman Polanski apostaba por el minimalismo, en cuanto al escaso número de actores reunidos en un solo escenario, en La Venus de las pieles vuelve a hacerlo, reduciendo el reparto esta vez a la mitad. Sólo dos personajes le hacen falta para desarrollar una trama que poco a poco va mostrando muchos matices. En ambos casos, los diálogos no eran precisamente minimalistas: el hecho de tener tan pocos actores moviéndose en unos pocos metros cuadrados hace que los personajes hablen y hablen hasta la saciedad. Esto se debía a que ambos filmes son adaptaciones de obras teatrales.

Pero esas son las únicas semejanzas que se pueden hacer a ambas películas. En La Venus de las pieles, tras un bonito travelling a lo largo de un clásico bulevar parisino sobre el que la lluvia cae con fuerza, los dos y únicos personajes se encuentran dentro del teatro donde se desarrollará la historia: Thomas (Mathieu Amalric, que sorprendentemente aquí se parece bastante a Polanski) y Vanda  (Emmanuelle Seigner, esposa del propio director polaco desde hace más de 20 años).



Él es director de teatro y adaptador del libro de Leopold von Sacher-Masoch (titulado como la película) para la obra que quiere estrenar. Después de una decepcionante y agotadora tarde haciendo pruebas a aspirantes a obtener el papel femenino, en el último momento aparece Vanda, llamada casualmente como la protagonista del libro. Tras convencerle para que le haga una prueba, demuestra que tiene dotes como actriz y que se sabe el guión perfectamente.

Comienzan a ensayar, Thomas dando la réplica y Vanda en el papel de Venus. Resulta ser un toma y daca en el que apenas hay respiro. Él, cada vez más impresionado, va perdiendo toda su seguridad mientras ella se hace con el dominio de la situación y juega cuanto quiere con él. Ambos se fundirán con sus respectivos papeles, hasta llegar a un punto en el que el confuso director ya no sabe quién es, si es el autor o el personaje de una obra, al estilo de Unamuno en Niebla. Ese intenso baile de máscaras es apasionante. Polanski sigue con esa afición a mostrar el lado oscuro de las personas, y desde hace un tiempo parece haberle cogido el gusto al género teatral y sus adaptaciones, llenas de diálogos ágiles y floridos, son simplemente perfectas. Por algo Polanski es, ha sido y siempre será una garantía de calidad.

NOTA: 8/10